Quantcast
Channel: Restaurantes - Directo al Paladar
Viewing all 819 articles
Browse latest View live

Así es una comida en Azurmendi, el restaurante que más rápido ha conseguido las tres estrellas Michelin en la historia reciente de la Guía

$
0
0

Así es una comida en Azurmendi, el restaurante que más rápido ha conseguido las tres estrellas Michelin en la historia reciente de la Guía

Llegamos a Azurmendi en taxi desde Bilbao y el conductor no logra subir la cuesta de acceso al restaurante porque se cala el coche. Quizás tiene mucho apego a su embrague, pero la anécdota da buena cuenta del lugar en el que el chef Eneko Atxa decidió levantar el que es, arquitectónicamente hablando, uno de los restaurantes más impresionantes del mundo.

Azurmendi está situado en mitad de la ladera de una colina, rodeado de una pequeña granja donde campa a sus anchas un grupo de ocas que nos recibe curioseando. Desde su amplio salón, completamente acristalado, se divisa todo el valle, autopista incluida, algo que puede servir de metáfora para definir la cocina de Atxa: el último eslabón de una estirpe de grandes cocineros vascos que supieron encontrar belleza mezclando naturaleza con tecnología.

Se critica mucho la complacencia de la Guía Michelin con Martín Berasategui, que parece tener macaron asegurado con cada nuevo restaurante que abre, pero se olvida a menudo que de sus cocinas de Lasarte han salido muchos de nuestros grandes cocineros.

Azurmendi26 Eneko Atxa suele estar siempre en cocinas.

Dani García, Diego Guerrero (Dstage) o Rodrigo de la Calle (El Invernadero) buscaron su propio camino fuera del País Vasco al abandonar la batuta del cocinero guipuzcoano. Chefs como Andoni Luis Aduriz (Mugaritz) apostaron por la cocina más de vanguardia, pero han sido Josean Alija (Nerua) y Atxa los que han explotado la vertiente más genuinamente vasca de la cocina aprendida en Lasarte. Por si quedaba alguna duda lo primero que uno se encuentra al llegar a Azurmiendi es un esqueje del árbol de Gernika, plantado en la puerta del restaurante.

Aunque Atxa tiene, como casi todos los buenos cocineros, influencias de muchas cocinas del mundo, pero sus platos siempre miran a Euskadi, tanto en lo que respecta al producto –su estudio de las plantas aromáticas y las variedades hortifruticolas locales no tiene parangón– como en la concepción de los platos. Su cocina es súper elegante y los platos están riquísimos, pero además son excepcionalmente bellos, y esto es quizás lo que más distingue a Azurmendi del resto de los restaurantes punteros de España. No en vano, ha sido el que ha tenido la carrera más fulgurante: ha conseguido las tres estrellas solo cinco años después de su apertura en 2012 y en la última edición de los 50 Best se aupó a la 14ª posición.

Azurmendi2 Jpg El paseo por Azurmendi empieza en su recibidor, con su famosa cesta de picnic, que incluye un pimiento de piquillo helado, un brioche tostado con salazones, un tartar de cerdo ibérico y una bebida de flor de hibiscus.

“No es sostenibilidad, es sentido común”

Desde que Atxa se planteó la construcción de Azurmendi tuvo claro que el continente debía ser igual de excelente que el contenido. Así lo explica en su intervención en el BBVA Bilbao Food Capital, justo antes de nuestra visita al restaurante: “Hace unos años solo se hablaba de sostenibilidad respecto a lo que se ponía en el plato, que fuera comida de proximidad, de kilómetro cero, pero nosotros pensamos en todo lo que envuelve el mundo de la gastronomía, también la arquitectura”.

Azurmendi es uno de los pocos restaurantes del mundo que tiene una instalación geotérmica –hay 18 perforaciones de las que se extrae energía del suelo–, paneles fotovoltáicos y en el que se recoge el agua de lluvia, que cubre el 100 % de las necesidades de riego anuales, tanto para el huerto exterior como para el invernadero.

Azurmendi9 La sala, con enormes cristaleras, permite disfrutar del paisaje vasco en todo su esplendor.

Axta dice estar ya un poco harto de la palabra “sostenibilidad”, pues cree que se ha desgastado con el uso: “La sosteniblidad es usar el sentido común. Mi madre me decía que comprara a la de la tienda de abajo porque luego le subía los pantalones para que los cosiera ella. Es economía circular”.

Hace un par de temporadas, el cocinero creo Jakin, un espacio dentro del complejo de Azurmendi en el que se llevan a cabo proyectos comunitarios, que van del diseño del menú del hospital de Galdakao, a la elaboración de un libro de recetas para personas intolerantes o alérgicas o la gestión de una compostadora que utiliza toda la localidad de Larrabetzu, donde se ubica el restaurante.

El pasado año Atxa estuvo situado en mitad de la polémica por la forma en que los grandes restaurantes tratan a los stagiers. Como es sabido, estos estudiantes en prácticas trabajan a destajo en muchos establecimientos a cambio solo de la manutención básica y la promesa de una nueva línea en su currículum, una práctica que no casa mucho con un discurso sobre la sostenibilidad.

Azurmendi8 Un exquisito bombón de txakoli y fruta de la pasión con aroma de rosa que sirve como snack y bebida, se recoge desde un bonito jardín en el invernadero, un lugar repleto de detalles como este.

No sabemos si la situación ha cambiado. Tras la publicación de informaciones sobre este asunto muchos exbecarios de Azurmendi salieron en defensa de Atxa, pero un año después sigue siendo un tema difícil de abordar. Lo que es seguro es que no todo el mundo trabaja en el restaurante a disgusto. Es sorprendente la juventud de la mayoría de trabajadores, también la de aquellos en puestos de responsabilidad. El nuevo sumiller, Gonzalo Rodríguez Díaz, no debe superar los 25 años –y pese a su juventud hizo un excelente trabajo en la comida–, y la jefa de sala, Charlotte Potteaux, solo ha cumplido 24 primaveras.

Esta última asegura que el clima en la casa es excelente: “Veo esta profesión como algo muy bonito. Desde fuera se ve como algo muy duro, como algo muy difícil, un trabajo muy cansado, pero todo esto está cambiando. No es un trabajo en el que pasas tanta horas. No es verdad que pases 80 horas en el restaurante”.

Azurmendi Sumiller Gonzalo Rodríguez Díaz, el nuevo sumiller, presentó unos vinos excepcionales.

El continente mola, pero el contenido es excepcional

Vale, Azurmendi es muy bonito, pero ¿qué hay de la comida? Pues la comida es, sencillamente, impresionante.

Como en la mayoría de los restaurantes de este nivel, solo se puede comer de menú, a 220€ por persona, sin vino. Existen dos opciones: el menú Adarrak, con los platos más de temporada, y el menú Erroak, que incluye los platos más clásicos de la casa. Ambos, no obstante, comparten varias de las propuestas. A nosotros nos sirvieron, además, algún bocado extra, aunque hay que apuntar que, como nos indicó una de las camareras, se puede repetir de cualquier plato sin coste adicional –algo solo apto para auténticos tragaldabas, pues el menú es largo no, lo siguiente–.

Azurmendi5 En cocinas se sirve otro de los platos más famosos de Atxa: el huevo trufado, que se presenta crudo y se cocina tras inyectar frente al comensal una salsa de trufa caliente. Después, otra bebida: la versión del tan vasco marianito.

La “experiencia” –otra palabra que debería irse con “sostenibilidad” al baúl de los recuerdos– comienza en el recibidor-jardín del restaurante, donde se sirve el famoso picnic de Azurmendi acompañado de una copita de txakoli de la casa.

De allí se pasa a la cocina, donde se puede ver el trabajo casi militar de los jóvenes cocineros, que se despiden de ti con un sonoro, y algo intimidante, “agur” al salir por la puerta.

Azurmendi11 Limones de Bakio con cuajada de foiegras. Otro snack brutal.

Turno ahora del invernadero, un espacio chulísimo, lleno de plantas, donde se sigue con los vistosos aperitivos, intercalados por un vaso de manzana fermentada –una bebida anterior a la sidra francamente curiosa–. Y, de allí, se pasa por fin a la sala.

No cabe duda de que los snacks son exquisitos, pero es en los platos principales donde Azurmendi realmente brilla. No hay un solo plato que no nos gustara, aunque sí tenemos nuestros favoritos.

Azurmendi15 Quisquillas con gel vegetal y granizado de tomate. Uno de los platos más vistosos, aunque no de mis preferidos.

La berenjena a la brasa con anchoa, caviar y jugo de legumbres es uno de los mejores platos que he probado en mi vida. La hortaliza se asa a la brasa y se prepara en sala hasta que se extrae solo un pequeño cubo de su corazón, la parte más tierna de la misma, que se coloca sobre un concentradísimo caldo de legumbres, que por si solo era para llorar, y se acompaña de anchoa y caviar.

Azurmendi16 Berenjena a la brasa con anchoa, caviar y jugo de legumbres.

También me pareció excelente el bogavante asado (en la foto de apertura), un clásico de Azurmendi en distintas presentaciones, que este año va acompañado de un jugo súper denso del propio crustáceo, mantequilla de café y cebolla morada de Zalla.

Azurmendi18 Kokotxa de bacalao al pilpil con sopa de ajo.

Brutal también la kokotxa de bacalao al pilpil, más clásica pero buenísima, que se acompaña muy acertadamente de una sopa de ajo; y el salmonete en dos servicios, que se presenta marinado y cocinado a la brasa.

Para terminar con los platos salados llega la única propuesta de carne en un menú de marcado carácter marino y vegetal. Pero vaya plato. Atxa ha elegido una de las partes más desconocidas –y difíciles de encontrar– del cerdo ibérico: las castañetas, que no son otra cosa que las glándulas salivales del animal. Una pieza de exquisita casquería que se sirve cocinada en su jugo y acompañada de unos bombones de queso Idiazabal, pesto y trufa blanca. Buenísimo.

Azurmendi21 Castañeta en su jugo, bombones de idiazabal, pesto y trufa blanca.

Postres, copa y puro

Termina la comida con varios postres muy interesantes, refrescantes y nada pesados: un caldo de frutos rojos, con fresas, tomate y helado de wasabi (riquísimo); un postre de manzana, yogurt y granizado de sidra; y, por último, unas castañas con chocolate y PX.

Azurmendi22 Frutos rojos, con fresas, tomate y helado de wasabi.

No es recomendable marcharse de Azurmendi sin probar el café, que recientemente se ha sofisticado –también el pan, otro de los habituales puntos flacos de este tipo de sitios es extraordinario–. El servicio da como opción diversos granos de café (Nicaragua, Honduras o Etiopia) y diferentes formas de prepararlo y, para resaltar todos sus aromas, se ha decidido servirlo en copa, no en taza. Nosotros optamos por un café de Nicaragua preparado en una Chemex y estaba buenísimo. Para rematar, se coloca en la mesa un inmenso cajón de petit fours, solo para valientes.

Azurmendi24

Tras la comida, otra novedad: el restaurante ha habilitado una sala lounge, donde poder disfrutar de una completa colección de destilados de primer nivel e, incluso, una cava de puros. La comida en Azurmendi dura más de tres horas, pero como acabes aquí a saber cuándo sales. Puede que te subas dando tumbos al taxi, pero con una sonrisa de oreja a oreja.

Qué pedir: solo hay dos opciones de menú de 220 euros, ambos fantásticos. También se ofrece un maridaje excelente –con mucho vino francés y alemán– por 127 euros.

Datos prácticos.
Dónde: Barrio Legina s/n 48195 Larrabetzu (Bizkaia), a 30 € de Bilbao en taxi.
Precio medio: 300 euros.
Reservas: 94 455 83 59 y su página web.
Horario: Cierra lunes, cenas solo viernes y sábado.


Latxaska Etxea: auténtica cocina vizcaína en Madrid (o por qué jubilarte si puedes tener tu propio txoko en Legazpi)

$
0
0

Latxaska Etxea: auténtica cocina vizcaína en Madrid (o por qué jubilarte si puedes tener tu propio txoko en Legazpi)

Basta hablar un minuto con Máximo Alessanco para saber que estás delante de un verdadero amante de la gastronomía. Y, como todo buen vasco, de un anfitrión de primera. Empieza contándote quiénes son sus proveedores y acaba invitándote a probar el mejor pollo de corral que vas a probar en tu vida en casa de un amigo en mitad de la montaña.

Alessanco es ingeniero de telecomunicaciones y, aunque siempre fue de la “escuela de comer bien”, no se planteó abrir su propio restaurante hasta que se acercó su jubilación, pensando en que así tendría su propio txoko en Madrid. Pero la cosa se le fue de las manos y lo que empezó siendo un pequeño bar donde satisfacer su inquietud por el mundo de la hostelería ha acabado siendo un pedazo de restaurante, que hace las delicias de vecinos y trabajadores de la zona de Legazpi.

Latxaska Etxea no deja de ser un restaurante de cocina vasca, con un buen menú diario de 15 euros, como aparentemente hay decenas en Madrid. Pero ¿cuál fue la última vez que comiste en el foro en un buen vasco?

Alessanco ha fichado para su restaurante a Carlos Pérez López, que hasta hace poco se encargaba de la cocina del popular restaurante Ramón, en Los Alcázares (Murcia), y juntos facturan una cocina tradicional, con un producto cuidadísimo, dónde se rescatan, además, algunas recetas al borde del olvido.

Latxaska8 Pincho de anchoas y papada ibérica.

Un recetario clásico, difícil de encontrar en Madrid

Alessanco tiene claro que “la compra es lo más importante de la hostelería”. Así que, aunque está ya jubilado y bien podría delegar la esforzada tarea de ir a comprar a Mercamadrid, el amigo está todas las mañanas a las 6:30 haciendo los deberes.

Esta selección diaria del producto le permite tener uno de los menús del día más interesantes de la zona (con lleno diario) y una nutrida oferta fuera de carta que completa su propuesta de guisos tradicionales vascos y pescados y carnes a la brasa.

En nuestra visita empezamos probando un exquisito canapé de anchoa de Bermeo y papada de cerdo ibérico, uno de los bocados que se pueden encontrar los jueves, único día de la semana en que se preparan pinchos –a imagen y semejanza del popular pincho pote vasco–.

Latxaska7

Seguimos con una selección de ahumados, que Pérez López, que es un expertísimo cortador, prepara en mesa. Alessanco los compra en Lemoa (Bizkaia), a la empresa Keia, que realiza un ahumado en frío típico de Finlandia, a menos de 20 grados. Probamos salmón (en dos tipos de cortes), bonito, arenque y atún rojo, un pescado que todavía no se ha comercializado. Muy buenos todos.

Latxaska6

Exquisita olla ferroviaria

Seguimos con un plato que justifica por sí solo la visita al restaurante: unas alubias de Tolosa con sus sacramentos cocinadas en la mítica putxera ferroviaria.

Este plato es típico de algunas regiones de León, Palencia, Cantabria, Burgos y Vizcaya: aquellas por las que pasaba el ferrocarril que llevaba el carbón de las minas de la Robla (León) a los altos hornos de Bilbao.

Latxaska4 Una alubiada magnífica.

La olla o putxera ferroviaria es un recipiente metálico que utilizaban los trabajadores del ferrocarril para cocinar con el carbón de la locomotora, sobre todo guisos de legumbres. El utensilio se ha conservado en el tiempo como vestigio folclórico y es protagonista, incluso, de un gran festival gastronómico que se celebra todos los años en la localidad de Balmaseda (Vizcaya), pero es difícil de encontrar fuera de las provincias antes citadas.

En Latxaska Etxea preparan una putxera diaria, con un kilo de alubias del que sacan siete raciones. Como nos cuenta Alessanco últimamente están preparando las alubias solo con verduras (cebolla, zanahoria y puerro) para añadir después los sacramentos: chorizo picante y tocino de León y morcilla de puerro de Mungia. Esto permite a vegetarianos, veganos o musulmanes disfrutar del plato. Las alubias solas están para ponerles un monumento, aunque los sacramentos elevan el plato al Olimpo de los dioses. De matrícula de honor.

Latxaska3 Rabo de toro a la vizcaína.

Rabo de toro para quitarse el sombrero

La putxera ferroviaria debería ser plato único obligatorio, pero Alessanco no quería que nos fueramos sin probar su rabo de toro, que en esta ocasión había preparado con rabo de buey de Tudanca. Ahí es nada.

Aunque estábamos llenos tuvimos que acabarnos también este plato, porque estaba francamente bueno. El rabo de toro se suele preparar en el País Vasco –y, claro está, en este refugio bilbaíno de Legazpi– a la vizcaína, cuya auténtica salsa se prepara con pimiento choricero y cebolla, no con tomate, tal como se ha extendido por el resto del España. Y está de muerte.

Latxaska2 La naranja al vuelo es un postre que ya no se estila.

Para terminar, probamos un postre clásico, muy en desuso, que no sabemos si sobrevive en algún restaurante madrileño: la naranja al vuelo. Se trata, sencillamente, de la fruta cortada en sala, extrayendo cada gajo sin nada de la parte blanca. Aunque siempre será mejor para la salud que acabar la comida con una tarta de queso, nutricionalmente no parece muy recomendable (adiós a la mayoría de la fibra), pero solo por el show resulta curioso.

Nos vamos llenos a reventar de Latxaska, rechazando el puro que nos ofrece Alessanco pero prometiendo que estaremos de vuelta. Había en la carta unas pochas con callos de bacalao que seguro merecen otra visita.

Qué pedir: todo lo que probamos estaba bueno, pero las alubias eran extraordinarias. A juzgar, además, por la parrilla a la vista, seguro que la chuleta de vaca finlandensa también merece la pena.

Datos prácticos.
Dónde: Paseo del Molino, 8 (Madrid)
Precio medio: 40 euros de carta, 15 euros de lunes a viernes con menú del día.
Reservas: 915 27 10 67 y en su página web.
Horario: Cierra solo domingos en horario de cena.

Cuatro cócteles originales para triunfar en Nochevieja (según la bartender del mejor bar de España)

$
0
0

Cuatro cócteles originales para triunfar en Nochevieja (según la bartender del mejor bar de España)

En el madrileño barrio de Las Letras, tras una austera fachada de granito y un rótulo dorado que parece más propio de una marisquería, se esconde el que es considerado por muchos el mejor bar de España.

Salmón Gurú, liderado por el barman Diego Cabrera, ha hecho historia este año tras auparse a la 19ª posición en la lista The World´s 50 Best Bars. Ha escalado 28 posiciones, lo que supone la mayor subida en este top elaborado por más de 500 expertos, que lo han considerado el mejor bar de nuestro país.

Si llegas pronto (o esperas un buen rato en la cola) descubrirás un bar chulísimo, con varios espacios de estilos diferenciados, y una carta tan original como asequible: los cócteles van de 9 a 12 euros, algo sorprendente en un bar de esta categoría.

Muchos de estos cócteles cuentan con maceraciones o premixes difíciles de emular en casa, pero bastan unos pequeños cambios para presentar en casa combinaciones de categoría, que eleven a otro nivel nuestros aperitivos o sobremesas.

Salmon Guru

Un cóctel para todos los gustos

Hemos pedido al equipo de Salmón Gurú que elija cuatro cócteles originales que se puedan preparar en casa ahora que viene Nochevieja, una de las veladas más festivas del año.

Nuestra anfitriona, Melanie Da Conceição, se estrena estos días como directora de Salmón Gurú. Como explica a Directo al Paladar, en los dos años y medio que lleva trabajando junto a Cabrera ha recibido una formación de valor incalculable, y ha aprendido no solo a preparar buenos cócteles, sino también a valorar el producto y saber qué combinación puede gustar más a cada persona.

Relleno

“Los que quisimos hacer con estas cuatros opciones de cóctel es adaptarnos a todos los gustos”, explica Da Conceição. “Tenemos un cóctel sin alcohol por si no quieres beber: afrutado, de sabor mediterráneo, fácil de beber, con toques cítricos y dulces. Luego tenemos el Guaracha, que ya tiene alcohol, pero es muy refrescante. No impacta mucho alcohólicamente, es muy fresco. Tiene aparte la hierbabuena, el zumo de limón, el sirope que lo hacen muy fácil de beber. Luego tenemos la margarita, que es un cóctel sour, otro tipo de cóctel diferente, más alcohólico, pero fácil de beber. Y la última opción es un cóctel más alcohólico, más de tipo digestivo, que es una buena opción después de una cena”.

“Son cuatro cócteles totalmente diferentes que se pueden adaptar al gusto de cada persona”, concluye Da Conceiçao. También se puede servir de forma consecutiva en una fiesta, sin que se nos vaya de las manos el contenido alcohólico.

Y esto es lo que debes hacer, paso a paso, para preparlos en casa.

1. Picara Mix

Coctel1

Este cóctel sin alcohol, preparado con zumos naturales, es ideal como opción para aquellas personas que no pueden beber, pero también puede servir para refrescar entre platos en una cena copiosa e, incluso, como aperitivo.

Ingredientes

Para 1 unidades
  • Zumo de mandarina 60 ml
  • Zumo de fresa 60 ml
  • Zumo de limón 60 ml
  • Sirope de romero 30 ml
  • Hielo
  • Eneldo fresco

Cómo hacer Picara mix

Dificultad: Fácil
  • Tiempo total 10 m
  • Elaboración 10 m

Antes de preparar el cóctel debemos tener listos sus ingredientes. Los zumos naturales se pueden preparar con antelación. Lo más complejo del cóctel es el sirope de romero, que en Salmón Gurú preparan calentando sirope de azúcar y añadiendo unas ramitas de romero fresco cuando está hirviendo. Después dejan macerar el sirope con el romero un par de días. Si no planificamos el cóctel con antelación, podemos utilizar el sirope de azúcar directamente, y aromatizar el cóctel con romero fresco, pero no es lo mismo. Este cóctel se prepara en batidora. Si no tenemos batidora de vaso, se puede realizar con una de mano sin ningún problema. Sencillamente, se mezclan todos los ingredientes en la batidora junto al hielo picado. Si no tienes acceso a hielo picado, basta machacar los cubitos de hielo con ayuda de un trapo y una maza.Tras realizar la mezcla, se vierte la combinación directamente en el vaso, sin colar. Se llena y se pone más hielo picado por encima, para que le de altura. Como explica Da Conceição, en coctelería se trata siempre de que las decoraciones además de aportar aroma den un contraste de color a la bebida. Como este cóctel es rosa, le viene genial un poco de verde, que en este caso lo aporta unas ramitas de eneldo fresco. En Salmón Gurú añaden además unas flores, pero podemos prescindir de ellas en casa.

2. Guaracha nº 2

Coctel2

Este cóctel, presente siempre en la carta de Salmón Gurú, recuerda a un mojito, por la hierbabuena y el zumo de limón, pero gustará también a los amantes del gintonic. Es un combinado muy fácil de beber, que no necesita ningún ingrediente complicado. El vodka, de fambruesa o fresa, lo encontraremos ya en casi cualquier supermercado.

  • Ingredientes: 4 ramitas de hierbabuena, 5 cl de vodka de frambuesa, 4 cl de zumo de limón , 4 cl de sirope de azúcar, tónica de hibiscus, hielo, menta y grosellas para la decoración.

  • Elaboración: En una coctelera machacamos las cuatro ramitas de hierbabuena. Añadimos los licores, el sirope y hielo, y batimos con energía. Llenamos un vaso o copa ancha hasta la mitad de huelo picado y vertemos la combinación de nustra colectelera realizando un solo colado, porque queremos que parte de la hierbabuena se traspase al cóctel, y añadimos la tónica de hibiscus hasta rellenar este. Como decoración final, colocamos un poco de menta y unas grosellas. El cóctel se presenta sin remover en el vaso, pero con una pajita. Lo bonito del cóctel es la separación de colores, que debe notarse, pero siempre hay que indicar que hay que removerlo, porque si no lo que se va a beber primero es la tónica de hibiscus, y la idea es que sea todo junto.

3. Margarita al estilo Salmón Gurú

Margarita

Esta margarita es muy parecida a la original, excepto por el añadido de clara de huevo. “Hace que la margarita sea más sutil al beberla, un poco menos áspera”, explica Da Conceição. “Le da cremosidad”.

  • Ingredientes: 6 cl de tequila blanco, 3 cl de zumo de limón, 2 cl de triple seco, 1 cl de clara de huevo, lima.

  • Elaboración: Antes de preparar el cóctel preparamos el vaso, para que cuando esté el cóctel listo no quede tan aguado. Como en la margaita clásica, untamos los bordes del vaso en zumo de limón y lo colocamos sobre un plato con sal, para impregnar los bordes de esta. Introducimos los licores y la clara de huevo en una coctelera, añadimos hielo, y batimos de forma muy enérgica. Queremos que la clara monte un poco y salga espuma, y para ello es necesario batir fuerte. Con ayuda de un colador, vertemos la mezcla en el vaso. Para finalizar, realizamos un twist de lima, que aromatiza el cóctel y oculta el aroma a huevo, que no queremos que se note en nariz.

4. Vieux Carré

Coctel4

La última propuesta de Da Conceição es este cóctel clásico, con carácter y bastante alcohólico (pues se elabora mezclando solo licores). Tiene puntos amargos y dulces, pero muy balanceados por lo que, pese a su elevada graduación, es muy sutil para beber. Así que cuidado con repetir.

  • Ingredientes: 3 cl de bourbon, 3 cl de coñac, 3cl de vermú, una cucharadita de Bénedictine, tres gotas de bitter Peychaud, dos gotas de angostura, naranja y romero para decorar y aromatizar.

  • Elaboración: Este coctel se preparara en vaso mezclador. Si tenemos brandy pero no coñac, como es un poco más dulce y más expresivo, en vez de partes iguales de bourbon y brandy, pondríamos 4 y 2, para contrarrestar. Se añade hielo al vaso mezclador y se vierten todos los licores, el bitter y la angostura. Removemos bien con cuchara de cotel y lo servimos en un vaso ancho y bajo con hielo. Se hace un twist de naranj para aportar aromas frescos y se coloca un poco de romero, para dar aroma y contrastar los colores.

En Directo al Paladar | Más allá del cava: los 19 mejores cócteles para brindar esta Nochevieja
En Directo al Paladar | Así se prepara la Santísima Trinidad de los cócteles amargos

Porrue: el mejor producto y una parrilla sobresaliente en un asador muy a tener en cuenta en el centro de Bilbao

$
0
0

Porrue: el mejor producto y una parrilla sobresaliente en un asador muy a tener en cuenta en el centro de Bilbao

No cabe duda de que los restaurantes de producto están de moda, pero pocos establecimientos acreditan en su carta a sus proveedores. Es el caso de Porrue, un asador que abrió sus puertas en Bilbao en 2009, muy cerca del museo Guggenheim, y que puede presumir de contar con una de las más seductoras selecciones de producto fresco de la ciudad, lo que no es poco decir.

Su jefe de cocina, Unai Campo, es un experto parrillero, con un alargado currículo en algunos de los mejores asadores de Euskadi. Y eso se nota en su fantástico manejo de un producto que no está al alcance de cualquiera.

Nuestra visita al restaurante, con motivo de la celebración del BBVA Bilbao Food Capital, fue todo un festival que, por mucho que se pague, no es sencillo de encontrar. Y cuando hablamos de percebes, angulas, reyes o chuletones hasta Andoni Luis Aduriz, que comía tranquilamente en la mesa de al lado, se olvida de la vanguardia.

Porrue1 Percebes asados al carbón de encina.

Todo está mejor a la brasa

Comenzamos la comida con uno de los platos estrella de Porrue, los percebes asados al carbón de encina (39 €). Nunca había probado este crustáceo cocinado a la parrilla, pero, como era de esperar, es una fantástica idea. Aunque resulta un plato algo complicado de comer –cuesta abrir los percebes y desprenden muchísimo jugo– la verdad es que estaba de morirse.

Porrue2 Verduras de temporada.

Seguimos la comida con un plato de verduras de temporadas fuera de carta: alcachofas, cardo y borrajas, acompañadas de jamón ibérico, puré de boniatos y un praliné de avellanas. También muy bueno.

Porrue3 Huevo frito con carabinero a la brasa.

Un amigo cocinero dice siempre que si el huevo fuera tan escaso como las angulas sería aún más caro, y estoy seguro de que no le falta razón. Un buen huevo frito con puntillita es una delicia, pero si lo acompañas de un carabinero a la brasa, con sus patitas fritas, la cosa se pone seria. “Es una cochinada”, explica Campo, “pero me encanta”. De cochinada nada, este plato, también fuera de carta, es una absoluta maravilla, para mi el mejor de la comida. A su lado las angulas que vienen a continuación (precio s/m, es decir, bien caro, como en todas partes) me resultan insulsas.

Porrue4 Angulas con ajo y guindilla.

El rey de los mares

Vamos estando llenos pero, como buen vasco, Campo es un anfitrión de primera, y quedan dos de las estrellas de la casa: el rey a la brasa y el sospechoso habitual de los asadores vascos, la chuleta.

Campo trae el rey de Asturias, a dos horas de coche, donde van a buscarlo siempre que pueden y lo prepara al estilo de Orio, con un refrito de aceite, guindilla y ajos.

Porrue8 El cocinero de Porrue, Unai Campo.

El ejemplar –en la foto de apertura–, de 3,13 kilos (76 € kilo), da para que comamos ocho personas. Ni que decir tiene que es un pescado caro, pero merece la pena probarlo alguna vez: su carne, blanca y turgente –pese a tratarse de un pescado azul–, tiene un sabor intenso, tirando a amariscado, que puede recordar al buen salmonete de roca. Una absoluta delicia.

Acompaña al pescado, a modo de guarnición, una exquisita lombarda, súper bien cocinada, que da buena cuenta de la mano de Campo, no solo en la parrilla.

Porrue6 Nunca se está lo suficientemente lleno para una buena chuleta.

Después de este festival, la chuleta (59 € kilo) parece, incluso, un añadido innecesario, pero también estaba de nota. Campo no es demasiado entusiasta de las maduraciones prolongadas, y, para este semental de nueve años, prefiere un reposo no más de un mes, más que suficiente para obtener una carne muy tierna de sabor intenso. De nuevo, hay que mencionar las guarniciones: unas patatas fritas perfectas, acompañadas de ajo asado.

Porrue9 La guarnición de la chuleta cuenta con nuestra bendición.

Mejor saltarse los postres

Acabamos la comida con un despliegue de, prácticamente, todos los postres de la carta, que nos parecen, con mucha diferencia, lo más flojo del restaurante. No convencen la tarta de queso ni el flan, y el despliegue en sala de la “Nitromus a -196 grados centígrados” (14 €) es puro fuego de artificio con un resultado que no pasa de mediocre. Lo mejor, en mi opinión, la sencillez de una riquísima cuajada.

Porrue7 La "nitromus" queda muy bien en sala, pero no da lo que promete tanta performance.

El pinchazo en los postres no desmerece, en cualquier caso, una fantástica comida, en un asador muy a tener en cuenta en Bilbao, con un altísimo nivel que solo se supera en templos del producto como Etxebarri o Elkano que juegan en otra liga. Un lugar para disfrutar de lo lindo, pese a un interiorismo discotequero que chirría bastante y puede confundir a cualquiera que no tenga referencias sobre el restaurante.

Qué pedir: todos los platos a la brasa eran un escándalo, aunque nos ha gustado especialmente los percebes, el carabinero con huevo y el rey. Para beber el restaurante cuenta con una abultada carta de champán, que es una gran elección si no se nos va del presupuesto.

Datos prácticos.
Dónde: Alameda Rekalde, 4 (Bilbao).
Precio medio: 80/100 euros.
Reservas: 94 423 13 13 y en su página web.
Horario: Cocina ininterrumpida todo el día. Cierra solo domingos noche.

Los 11 platos de chefs españoles más relevantes de la historia de la gastronomía (vol. 1, siglo XX)

$
0
0

Los 11 platos de chefs españoles más relevantes de la historia de la gastronomía (vol. 1, siglo XX)

La gastronomía es un ejercicio colectivo de creación, y no siempre es sencillo atribuir la autoría de un plato a un solo cocinero. Pero, como ocurre en cualquier ejercicio cultural, hay chispazos de genialidad que cambian el devenir de la creación gastronómica: obras de autor, copiadas hasta la saciedad, que marcan época y crean escuela.

No es fácil hacer un listado de los platos icónicos de restaurante que han definido el rumbo de la historia culinaria desde que existen registros de su existencia, pero es lo que han intentado los autores de Signature dishes that matter. El libro, editado a nivel mundial por Phaidon (solo en inglés), recoge la historia de los 247 platos más importantes de la historia –obra de 207 chefs, repartidos en 26 países–, seleccionados por un grupo internacional de periodistas y expertos culinarios.

El volumen empieza con el Gelato de la cafetería parisina Le Procope y termina con el Whole Turbot ("rodaballo entero") de Tomos Parry, creado en 2018 en el restaurante londinense Brat. Entre medias, cientos de platos tan icónicos como las patatas suflés, la ensalada César, los huevos benedictine, el tartar de atún o la pizza hawaiana: creaciones que nacieron en restaurantes concretos para acabar siendo patrimonio de toda la humanidad.

Aunque la editorial Phaidon es de origen austriaco, sus libros suelen pecar de cierta anglofilia y encontramos quizás una excesiva presencia de platos estadounidenses –aunque es cierto que la hegemonía cultural del país americano ha hecho que sean, en honor a la verdad, los más influyentes–.

La presencia española no es, en cualquier caso, testimonial. 11 de los platos seleccionados son españoles. Y cocineros como Ferran Adrià o Andoni Luis Aduriz son de los pocos presentes en el libro que cuentan con varios platos entre los seleccionados.

Estos son, ordenados por orden cronológico, todos los platos españoles que, a juicio de los autores de Signature dishes that matter, han sido más relevantes para la historia de la gastronomía.

1. Rodaballo a la parrilla, de Pedro Arregi (Elkano), 1967

Rodaballo Elkano

Como apunta el libro, mucho antes de que los productos locales y de temporada se pusieran de moda Arregi servía en su restaurante del pueblo de Getaria, cerca de San Sebastían, esta maravilla de pescado a la brasa que se sigue sirviendo tal cual hoy en día.

Se atribuye a Arregi la creación de la rodaballera, el recipiente en el que se cocina el pescado a la parrilla durante al menos dos oras hasta que se funde la gelatina de la cabeza. El resultado es un pescado con diferentes texturas y sabores en sus distintas partes. Un espectáculo que medio siglo después sigue sorprendiendo.

“Es un plato de la máxima sencillez y respeto”, concluye Susan Jung, que ha escogido este plato.

2. Pastel de cabracho, de Juan Mari Arzak (Arzak), 1971

Cabracho

Este plato, seleccionado por dos de los autores del libro (Howei Kahn y Diego Salazar), supuso el pistoletazo de salida de la alta cocina española (y, claro está, de la Nueva Cocina Vasca).

Inspirado en chefs como Paul Bocuse, Arzak utilizo un pescado común que se usaba en la costa cantábrica solo para hacer caldo (el cabracho o kabrarroka en euskera) y creó la terrina que hoy todos conocemos, que se ha copiado hasta la saciedad.

3. Tortilla de patatas, de Néstor (Bar Néstor) 1980

Aunque la invención de la tortilla de patatas es muy anterior, no cabe duda de que la que se sirve en el popular bar Néstor de San Sebastián es una de las mejores.

Como bien sabe todo el que se haya interesado mínimamente por la gastronomía donostiarra en el Néstor solo hacen dos tortillas al día, una a la una de la tarde y otra a las ocho, de la que salen entre 17 y 18 pinchos, que se llevan los clientes que han llegado antes. Si pillas hueco en la única mesa del local, es muy recomendable probar también su maravillosa chuleta.

4. Carpaccio de manitas de cerdo, de Joan Roca (El celler de Can Roca) 1989

Carpaccio Manitas

Este plato fue la primera gran creación de Roca, y contiene toda la esencia creativa de su cocina, que conjuga el guiso tradicional aprendido en la cocina del restaurante de su madre (Can Roca) con las técnicas que compartía con sus amigos Santi Sanamaría y Ferran Adrià.

Este mosaico traslucido está elaborado con un guiso de manitas deshuesadas con zanahoria, cebolla y laurel, enrollado en un cilindro que se enfría y se corta en lonchas de solo 0,3 mm. El carpaccio se acompaña de setas, alubias y tomate.

Roca siempre ha dicho que este es el primer plato con el que realmente quedó satisfecho y, diversas variaciones del mismo, se pueden encontrar todavía en el menú del restaurante.

5. Menestra de verduras en texturas, de Ferran Adrià (El Bulli), 1994

Menestra

De todos los platos míticos de Adrià este es el que el cocinero, asegura, marcó el inicio de la evolución de El Bulli hacía lo que él mismo bautizó como la “cocina tecnoemocional”.

Adrià creó esté plato como un homenaje al famoso Gargouillou de Michel Bras (que, por supuesto, recoge también el libro), pero en vez de limitarse a cambiar los ingredientes y sustituirlos por variedades locales, se metió de lleno en la manipulación de texturas, comenzando la era de la deconstrucción en la cocina, tan revolucionaria como mal imitada.

En el plato no se reconoce ninguno de los vegetales, que aparecen completamente transformados: una quenelle de sorbete de almendra salada descansa sobre un disco de aguacate, al que rodean un puré de tomate, una mousse de coliflor, un granizado de melocotón, una jalea de albahaca, una mousse de maíz y una espuma de remolacha. Las almendras frescas son el único elemento reconocible que, además de adornar el plato, aportan el punto crujiente.

6. Espuma de humo, de Ferran Adrià (El Bulli), 1997

Espuma Humo

Seguimos en El Bulli, tres años después de que se sirviera la primera menestra de verduras en texturas, y Adrià sigue evolucionando. Las espumas, que están hoy en todos los restaurantes de alta cocina, fueron un invento suyo y, aunque venía utilizándolas desde 1994, fue en 1997, año en el que El Bulli recibió su tercera estrella Michelin, cuando las llevó a un nivel aún más provocador en este plato, en el que, en resumidas cuentas, trató de que los comensales pudieran comer humo.

Al añadir agua sobre el humo que desprende un fuego elaborado con hojas y ramas verdes, añadiendo un toque de gelatina, y llevando esta a un sifón, Adrià fue capaz de hacer del agua y el humo algo comestible. El cocinero coronó esta espuma de humo con unos picatostes con aceite de oliva para servir uno de los platos más radicales de la historia de la cocina.

7. Anchoas a la brasa, de Victor Arguinzoniz (Etxebarri), 1999

Anchoas Etxebarri

Mientras Adrià y Aduriz llevaban la cocina a una cotas de vanguardia nunca vistas, Victor Arguinzoniz estudiaba en el restaurante de su pequeño bar rural en Axpe (Vizcaya) cómo sacar el mayor partido a las brasas.

El primer plato distintivo de Etxebarri fueron las anchoas a la brasa, que abría en canal y cocinaba en una parrilla de malla abierta solo dos minutos por lado, aliñándolas con aceite de oliva y txakoli.

Parece un plato muy sencillo, pero Aguinzoniz abrió todo un mundo de posibilidades en torno a la cocina a la brasa, que hoy sabemos puede servir para preparar casi cualquier cosa, y las parrillas móviles que diseñó se usan por todo el mundo.

Este artículo continuará mañana con los platos correspondientes a lo que llevamos de siglo XXI.

Imágenes | Elkano/Real Academia Europea de Doctores/El Bulli/Etxebarri En Directo al Paladar | La vuelta al mundo por once huertos: así se las arreglan los chefs más punteros para controlar lo que sirven en sus restaurantes
En Directo al Paladar | Los cocineros se copian impunemente los platos, pero nadie se atreve a denunciarlo en público

Los 11 platos de chefs españoles más relevantes de la historia de la gastronomía (vol. 2, siglo XXI)

$
0
0

Los 11 platos de chefs españoles más relevantes de la historia de la gastronomía (vol. 2, siglo XXI)

No es fácil hacer un listado de los platos icónicos de restaurante que han definido el rumbo de la historia culinaria desde que existen registros de su existencia, pero es lo que han intentado los autores de Signature dishes that matter. El libro, editado a nivel mundial por Phaidon (solo en inglés), recoge la historia de los 247 platos más importantes de la historia –obra de 207 chefs, repartidos en 26 países–, seleccionados por un grupo internacional de periodistas y expertos culinarios.

Once de los platos seleccionados son españoles. En el artículo publicado ayer recogíamos los siete platos españoles más importantes del siglo XX, y hoy hacemos lo propio con las elaboraciones seleccionadas del siglo XXI: cuatro platos que han marcado el devenir de la cocina en los últimos años.

8. Eternity by Calvin Klein, de Jordi Roca (El Celler de Can Roca), 2002

Eternity

El Celler de Can Roca no solo cuenta con uno de los mejores cocineros del mundo, sino también con uno de los mejores reposteros, Jordi Roca, que sigue revolucionando con cada uno de sus trabajos el mundo del dulce.

El postre surgió, como tantas cosas en la vida, de un encuentro fortuito: Jordi y su hermano Josep estaban charlando en la cocina sobre la bergamota, el cítrico italiano que había llegado en una partida al restaurante, y Josep le comentó a Jordi que la fruta olía como el perfume que utilizaba: Enternity, de Calvin Klein. Se le ocurrió entonces hablar con el fabricante de la fragancia para conocer que otros aromas naturales tenía el perfume y recrearlo en un plato.

El resultado fue una combinación de helado de bergamota, crema de albahaca, cubitos de flor de naranja, gelatina de jarabe de arce, y aguanieve y gajos de mandarina al natural.

Tras el éxito de este plato el responsable dulce de los hermanos Roca presentó hasta 25 adaptaciones en postre de fragancias famosas. La única que se le ha resistido hasta la fecha es el icónico Chanel Nº5.

9. Aceitunas verdes esféricas, de Ferran y Albert Adrià (El Bulli), 2005

Olivas

Este plato dio a conocer la gastronomía molecular en el mundo entero, y, aunque ha sido imitado hasta la saciedad, sigue sorprendiendo a quienes lo prueban por vez primera.

Aunque Ferran es el más conocido de los hermanos Adrià, este plato es más bien una idea de Albert, que pensó en la técnica de la esferificación inversa tras visitar el laboratorio de una industria alimentaria y ver una botella de salsas en la que flotaban pequeñas esferas. La técnia había sido desarrollada por Unilever ya en los años 50 como una forma de encapsular medicamentos, pero nunca había sido utilizada en gastronomía.

De vuelta en El Bullí, Adriá empezó a investigar con el alginato que le habían prestado en el laboratorio para descubrir que, al juntar en un bol agua con alginato de sodio, y cloruro de calcio y agua en otro, se podían formar esferas de cualquier líquido que, al morderse, liberaban este. Así dicho suena fácil, pero estas aceitunas fueron el resultado de dos años de desarrollo.

A día de hoy el plato original se puede probar en en menú del restaurante Tickets, de Albert Adrià e, incluso, se comercializa en los supermercadoa, a través de la marca Caviaroli.

10. Piedras comestibles, de Andoni Luis Aduriz (Mugaritz), 2005.

Piedras

La cocina de Aduriz ha sido siempre un desafío para el comensal, pero su espíritu provocador llegó a una de sus máximas expresiones cuando, en el menú del año 2005, sirvió a los clientes como aperitivo un bol de piedras, que debían mojar en ajo confitado para, después, llevárselas a la boca.

Al morder, los clientes descubrían que estas piedras eran en realidad patatas recubiertas en arcilla de caolinita, un mineral que se usa para todo tipo de aplicaciones industriales, desde hacer papel a explosivos, pero puede ser comestible.

11. Foie gras de pato asado al carbón, de Andoni Luis Aduriz (Mugaritz), 2007.

Foie Gras

En 2002 Aduriz empezó a plantearse cómo mejorar la forma en que se presentaba en los restaurantes el foie gras. En su opinión, todo el mundo estaba maltratando este delicioso producto, y estaba decidido a encontrar una nueva manera de prepararlo. Para lograrlo Aduriz buscó la ayuda de un grupo de investigadores de la Universidad de Granada, que ayudó al cocinero a entender cómo funciona el hígado y qué foei gras es el de mejor calidad para cocinar (el de patos alimentados a mano, que almacenan la grasa en núcleos pequeñlos, lo que estabiliza el foie al cocinarse).

Tras encontrar el foie perfecto, Aduriz investigó cómo cocinarlo hasta lograr una textura que se derrite en boca. El procedimiento no es sencillo: la técnica consiste en pochar el hígado lentamente al baño maría, después de lo cual se congela rápidamente, se asa a la parrilla sobre carbón, y, después, se cocina a baja temperatura en una bandeja para hornear inclinada para que el hígado no entre en contacto con ninguna grasa. Finalmente, se deja alcanzar su temperatura final, de entre 56 y 58 grados centígrados, fuera del horno.

En la primera versión del plato, el foie se servía junto a caviar de erizo, lo que formaba, en palabras de los autores del libro, un “intercambio simbiótico de suavidad”: una textura uniforme que ha revolucionado la alta cocina europea.

Imágenes | El Celler de Can Roca/Caviaroli/Mugaritz
En Directo al Paladar | La vuelta al mundo por once huertos: así se las arreglan los chefs más punteros para controlar lo que sirven en sus restaurantes
En Directo al Paladar | Los cocineros se copian impunemente los platos, pero nadie se atreve a denunciarlo en público

Tres ideas del chef Jeremy Chan para sacar mayor brillo a la carne de vaca madurada (incluso en postres)

$
0
0

Tres ideas del chef Jeremy Chan para sacar mayor brillo a la carne de vaca madurada (incluso en postres)

En los últimos años se ha puesto muy de moda la maduración de las carnes, que permite alterar su sabor y textura. Se trata de una técnica que, prácticamente, solo se utiliza en piezas como el chuletón o el lomo, que se cocinan a la parrilla, pero lo cierto es que una carne de tanta calidad tiene muchas otras aplicaciones.

El chef Jeremy Chan, que ha inaugurado hoy la 18ª edición de Madrid Fusión, se ha convertido en solo dos años en una de las figuras emergentes de la escena culinaria londinenses, entre otras cosas, por su atrevimiento en el trabajo con las carnes.

Su restaurante Ikoyi, inaugurado en 2017, cuenta ya con una estrella Michelin y, aunque ha sido a menudo calificado como restaurante nigeriano, Chan insiste en el rechazo a esta etiqueta: “Usamos muchos productos y especias de África occidental, pero no somos un restaurante africano, somos un restaurante creativo”.

El cocinero, muy en contra de lo que se lleva últimamente, no busca ningún vínculo con la tradición gastronómica, ni inglesa, ni africana: “Quitamos la cultura del uso del ingrediente para dejar al equipo libre para que reaccione instintivamente al sabor”. Y el sabor de sus carnes, apunta, da para mucho: tanto que la usan en casi todas las partes del menú, incluidos los postres.

Jeremy Chan

Mejor trato, más sabor

Toda la vaca que se sirve en el restaurante procede de una familia granjera del suroeste de Reino Unido, que solo cría una raza nativa de la zona. Los animales crecen en un régimen de semilibertad y pasan dos años comiendo hierbas salvajes, sin tener apenas contacto con los humanos. Su vida termina en un pasto de hierba ecológica, con suelo arcilloso, que hace que su carne sea excepcional.

“Lo que es interesante no es solo el proceso de maduración, sino también lo que maduramos”, explica Chan. “Tenemos que pensar en la vida del animal, cómo se ha criado, por eso me gusta usar este producto”.

La maduración tampoco es convencional. El cocinero deja la canal madurar dos semanas a temperatura muy baja, pero humedad muy alta, lo que hace que se formen bacterias y se desnaturalicen las proteínas. Tras esto se despieza, y se deja madurar la carne hasta tres o cuatro meses, en un proceso muy controlado.

Este producto excepcional es la base de los tres platos que el cocinero ha presentado en Madrid Fusión, que dan buena cuenta de lo versátil que puede ser la carne madurada, más allá de su cocción a la parrilla.

1. Tartaleta de steak tartar

Plato Aplicaciones De La Carne Madurada Jeremy Chan01 02

La carne con maduraciones prolongadas no suele presentarse en crudo, dado su fuerte sabor, pero con el correcto tratamiento puede resultar una exquisitez.

En Ikoyi realizan una tartaleta elaborada con sorgo y mezclan la carne, picada a mano, en una salsa de cítricos y chiles conservados en sal durante años. Encima de la carne, colocan una crema de anguila ahumada. “Es una combinación clásica de vaca y pescado de la antigua cocina inglesa”, explica Chan. El plato se finaliza con un poco de crema agria, una sal de mostaza que le da un punto picante y trufa. “Le da el sabor a tierra”, explica Chan.

2. Carne confitada a la parrilla

Plato Aplicaciones De La Carne Madurada Jeremy Chan03 01

En Ikoyi también se sirve carne a la brasa, pero de una forma muy distinta a cómo se presenta en la mayoría de los restaurantes. “Tradicionalmente hacemos la carne asada, y esto añade un aspecto muy quemado a la carne”, explica Chan. “Tenemos una carne con un sabor dulce, muy complejo y quiero que el cliente lo aprecie. La grasa churruscada no es lo más importante”.

Con una maduración tres meses, pero jugando con la temperatura, se logra que la pieza conserve sus jugos, pero tenga una parte exterior muy madurada, con un aroma a queso y castañas, que Chan quiere aprovechar. Para ello, antes de asarla, la confita en su propia grasa durante unos 10 minutos, lo que impregna a la pieza de todo este sabor.

Tras pasar la pieza por la parrilla, vuelta y vuelta y a una temperatura no muy elevada, se presenta sobre una salsa elaborada con un caldo hecho con los huesos del propio animal, que se carameliza y se aromatiza con distintas pimientas africanas. “Es una salsa de inspiración clásica, de restaurante tradicional, pero lo que hacemos es hacer más compleja en boca, pues están todas esas pimientas, y la riqueza del tejido del animal”.

Esto no es todo, la pieza de carne va impregnada con una pasta elaborada con diversos recortes del restaurante, que se aprovechan para concentrar todo el umami posible: langosta, setas, grasa de cerdo ibérico, recortes de la propia carne… Todo esto se pone en el horno 24 horas a baja temperatura y se unta a la carne nada más salir de la parrilla, junto a una salsa elaborada con las partes verdes del rábano fermentadas durante dos semanas, que añade un aspecto ácido.

3. Helado de guisantes con galleta de grasa

Plato Aplicaciones De La Carne Madurada Jeremy Chan02 02

Chan estaba decidido a utilizar esta carne hasta en los postres. Para ello, elabora una galleta con su grasa. “Da un sabor de queso, y un olor amargo, pero es dulce”, explica el cocinero. “Es aromático”.

Esta galleta, desmenuzada, se acompaña del helado de guisantes secos africanos, un aceite concentrado de boletus y un poco de chocolate ahumado con sal, lo que confiere una enorme complejidad de sabores a un postre con muy pocos elementos, pero bien avenidos.

Imágenes | Reale Seguros Madrid Fusión
En Directo al Paladar | Este buey de raza gallega pesa 2.300 kilos y va a tener los chuletones más grandes (y más caros) de la historia

La investigación de Joan Roca con la fermentación y los encurtidos que hace comestible lo que creíamos incomible

$
0
0

La investigación de Joan Roca con la fermentación y los encurtidos que hace comestible lo que creíamos incomible

Cuando los hermanos Roca recibieron el encargo de realizar el menú de la reciente Cumbre del Clima celebrada en Madrid tuvieron claro que no podían limitarse a hacer un despliegue de los excelsos platos que sirven a diario en El Celler.

“Queríamos dar bien de comer a los jefes de estado y demás delegados, recibirles de forma hospitalaria, asumir el papel de restaurante anfitrión, pero también optar por una parte de compromiso”, ha explicado Joan Roca en Madrid Fusión.

Con esta idea en mente crearon un menú que, bajo el título de "La tierra se agota", quería servir de recordatorio de la problemática medioambiental a la que se enfrenta al mundo, pero también mostrar algunas de las más recientes investigaciones de los hermanos Roca que buscan, precisamente, encontrar soluciones desde la cocina a los retos alimenticios que plantea el cambio climático.

Cangrejo Buñuelo de cangrejo azul, una especie invasora del delta del Ebro que nadie se planteaba comerse (lo que no vendría mal para controlar la población).

El menú, sin presencia de carnes, alertaba sobre el peligro de la desertización -con un plato bautizado como “agua sucia” que debió dejar boquiabiertos a los asistentes a la cumbre-, la amenaza de las especies invasoras (y la importancia de aprovechar estas en gastronomía) o la necesidad de crear un comercio más justo, como llevan años promoviendo los hermanos en torno a un producto como el cacao.

Pero, tanto en lo que respecta a lo puramente gastronómico como en relación a la sostenibilidad, el plato más importante del menú es aquel en el que los hermanos compartieron con los delegados de la cumbre unos de los proyectos en el que más intensamente han trabajado en los últimos años: la fermentación de vegetales locales cuyo uso era desconocido o había sido olvidado.

Este plato reivindicaba la importancia de las legumbres, que aparecían acompañado por una plétora de encurtidos, muchos de los cuales son un invento genuino de los Roca: flor de mora, flor de oxalis, de brotes de malva, jimaca, hojas de morera, ajojo de osos, hojas de alcaparra… Un despliegue de nuevos sabores que, probablemente, pasó desapercibido para los asistentes a la cumbre, pero abre un interesante camino en gastronomía.

Plato Cocina Sostenible Una Mirada Esencial Joan Roca 01 Este plato de encurtidos con legumbres, que fue presentado en la cumbre del clima, lleva al gran público un trabajo en que los Roca llevan sumergidos cuatro años.

Estamos rodeados de comida

En un mundo en el que sigue habiendo gente que se muere de hambre, puede parecer una broma el pensar que sobra la comida, pero sin hablar siquiera de todos los alimentos que se desperdician inútilmente en casas, industrias y comercios, lo cierto es que estamos rodeados de productos que nadie se plantea comer, pero son en realidad comestibles.

Como ha explicado Joan Roca a Directo al Paladar tras su charla, en El Celler de Can Roca llevan cuatro años trabajando mano a mano junto a un botánico para catalogar vegetales que crecen de forma silvestre en la zona.

“Llevamos catalogadas más de 400 variedades”, explica Roca. “Muchas de ellas son conocidas, están en los libros de cocina, pero muchas no, y esa es la clave. Además, solamente estamos trabajando a 50 km alrededor de Girona. Hemos cerrado nuestro ámbito de acción en un territorio muy concreto, y en ese territorio hemos visto que tenemos la posibilidad de encurtir, conservar en salmuera o usar en crudo más de 400 especies”.

Muchas de estas especies se sabían comestibles, pero de otras ni siquiera hay constancia de su uso en cocina. Es el caso, apunta Roca, del fruto de la morera. Esta planta cuyas hojas dábamos de niño para alimentar a los gusanos de seda produce unos racimos que, convenientemente encurtidos, resultan exquisitos. También de la amapola. “Si vas a un prado y recolectas una amapola antes de que se abra la flor la puedes guardar durante un tiempo en un poquito de agua, vinagre, sal y es maravillosa para comer en otro momento del año”, explica.

Roca2

Cada vegetal tiene su encurtido

Durante su ponencia en Madrid Fusión, Roca ha presentado las principales conclusiones de este importante trabajo que, confía, se publique próximamente. El cocinero ha dividido los vegetales en diversos grupos según sus características, a los que se ha aplicado tratamientos similares.

Por ejemplo, las frutas y vegetales más carnosos -como la fruta de malva, la capuchina o el puerro- se conservan mejor en una disolución de 100 g de agua, 100 g de vinagre, 100 g de azúcar y 20 g de sal, con una mezcla 1:1 respecto al producto. Sin embargo, las hojas y flores amargas -como la flor de la yuca, el laurel o la judía- requieren de una salmuera que las haga comestibles extrayendo el amargor, o las flores y vegetales más aromáticos -como los brotes de abeto, algo que pensábamos nunca nos comeríamos- requieren de una curación en vinagre para que sean comestibles.

En El Celler de Can Roca están ya utilizando varias de estas técnicas en los platos de su menú, pero esperan que trasciendan más allá de la alta cocina. “Es algo gaatronómicamente interesante, pero detrás hay también un mensaje de divulgación que tiene importancia”, concluye Roca.

Imágenes | Reale Seguros Madrid Fusión En Directo al Paladar | Receta de champiñones encurtidos.
En Directo al Paladar | El vinagre: cómo se hace, tipos y como usarlo en la cocina


Así utilizan el pepino de mar en la gastronomía china: un alimento de lujo que nada tiene que ver con nuestras espardeñas

$
0
0

Así utilizan el pepino de mar en la gastronomía china: un alimento de lujo que nada tiene que ver con nuestras espardeñas

La de las holoturias, conocida vulgarmente como pepino de mar, es una familia de animales que habita los fondos de los mares de todo el mundo. Pese a su aspecto a priori desagradable -en Latinoamérica se conocen directamente como “mojón de mar”-, su utilización como alimento está presente en muchas culturas.

En España, conocemos el interior del animal como “espardeña”, un ingrediente que suele utilizarse como si fuera un molusco, muy apreciado en la alta cocina. Pero en gran parte de Asia, donde se trata de uno producto de lujo (muy caro), lo que se utiliza no es el interior del animal, si no su corteza.

Así lo ha explicado el chef hongkonés Vicky Cheng, que ha dado una de las ponencias más interesantes de lo que llevamos de Madrid Fusión. El cocinero, pese a ser nativo de la antigua colonia británica en China, se ha formado en fogones occidentales, en Canadá y Estados Unidos, donde aprendió todas las técnicas clásicas francesas. Cuando hace cuatro años abrió su propio restaurante en su ciudad natal, Vea, lo hizo con la idea de aplicar todo lo aprendido de su mentor Daniel Boulud a los ingredientes chinos, entre ellos el pepino de mar.

Cheng 4 Cheng sujeta un pepino de mar deshidratado durante su charla.

Como apunta Cheng, este ingrediente considerado una delicatessen en China -también en Japón, Malasia o Filipinas- apenas se encuentra en los restaurantes asiáticos de Occidente, pues es un plato caro, que requiere de una compleja elaboración y para el que la mayoría de los comensales no está preparado.

El cocinero pasó ocho meses desarrollando su versión del plato, buscando la forma de cocinar el animal al estilo chino, partiendo del producto deshidratado, pero acabándolo a la manera clásica, con una textura apta para todos los paladares. Y ha explicado paso a paso cómo hacerlo.

Pepino Seco2 El pepino de mar seco, que se utiliza en la gastronomía china.

Las espardeñas son un subproducto

En China el pepino de mar se compra siempre deshidratado, un proceso que, curiosamente, se realiza en Japón, país del que se importan muchísimos productos marinos. Allí el animal se seca hasta que su tamaño se reduce casi cinco veces. Este pequeño producto es un bien de lujo, que puede costar hasta 15 euros, aunque su precio varía en función de la cantidad de púas que tiene: a más púas, más caro. En un restaurante, los platos de pepino de mar suelen costar entre 40 y 50 euros. Es una de las mayores delicatessen de la gastronomía china.

Su sobrecoste en restaurante tiene mucho que ver con el tedioso proceso de deshidratación del animal. Como ha explicado Cheng, primero hay que dejarlo dos días hidratarse en agua tibia, después de debe sumergir en agua hirviendo, durante 12 horas, para sacarlo, limpiarlo de barro, y volver a introducirlo en agua caliente otras 12 horas. Es entonces, tres días después, cuando hay que cortarlo, eliminar la boca, sacar el interior -nuestras espardeñas, que en China usan somo subproducto para otros guisos-, para obtener la cobertura ya reblandecida, que es la que se usa en los platos.

Penino Mar Cocinado Así se sirve el pepino de mar en la gastronomía tradicional china.

Y es aquí donde entra la inventiva de Cheng: “El pepino de mar, incluso para alguien de Hong Kong, no es para todo el mundo, es muy gelatinoso. Pensé en mezclar el conocimiento de dos culturas, así que sabiendo que mucha gente no quiere comerlo, pensé que si quería ponerlo en el menú tenía que cambiar la textura, cambiar la gelatina por algo crujiente”.

Una vez deshidratada la cáscara del pepino de mar, que recuerda a la cámara de un neumático, Cheng rellena esta con una mousse que, en este caso, y por estar en Madrid, ha elaborado con carabineros. Tras esto, cubre el pepino en film y lo cocina al vapor durante 10 minutos, lo introduce en la nevera y, pasadas unas horas, lo fríe echando aceite muy caliente por encima, lo que provoca un cambio en su textura: el interior sigue siendo muy suave y gelatinoso, pero el exterior queda crujiente, lo que resulta más agradable.

Cheng asegura haber hecho muchas versiones de este plato, todas parecidas. En esta, ideada ex profeso para Madrid Fusión, el pepino se acompaña en el plato con un tartar de carabinero, una salsa elaborada con la cabeza de este, y un poco de vino amarillo de Hong Kong. El resultado es que podéis ver en la foto de apertura. Ojalá haber podido probarlo.

Imágenes | Reale Seguros Madrid Fusión/Alibaba/iStock
En Directo al Paladar | Qué platos pedir en un restaurante chino: hay vida más allá del arroz y el rollito
En Directo al Paladar | Todo lo que debes saber sobre los dim sum, el bocado oriental que ha conquistado a Occidente

El chef Ángel León quiere que comamos los gusanos que usan en Cádiz como cebo de pesca

$
0
0

El chef Ángel León quiere que comamos los gusanos que usan en Cádiz como cebo de pesca

La ponencia del cocinero gaditano Ángel León, el autoproclamado chef del mar, es siempre una de las más esperadas en los congresos de gastronomía. El portuense lleva ya más de una década revolucionando la cocina con la investigación en torno a productos marinos que solo él se ha atrevido a cocinar, y parece que su obsesión por sacar todo el partido culinario que esconde el mar está lejos de agotarse.

Las tres estrellas Michelin que alcanzó en 2017 para su restaurante Aponiente lejos de haberle acomodado le han hecho más radical en sus propuestas, con la seguridad, quizás, de que nadie va a escandalizarse. Pero ¿están dispuestos todos los comensales que se gastan 300 euros en comer en Aponiente a valorar una gelatina en la que descansan un puñado de gusanos?

Es esta una de las últimas creaciones de León, que presentará en su nuevo menú degustación, en el que uno de los protagonistas será la gusana marina, también conocida como tita.

Leon2

El gusano en cuestión es uno de los cebos de pesca más populares, que se ha utilizado siempre en la zona de Cádiz para capturar doradas, pero al que jamás se ha dado valor culinario. En su investigación de la fauna y flora de la marisma que rodea a Aponiente León se topó con el bicho y, como todo lo que se encuentra por ahí, pensó si se podía comer. Descubrió entonces que la misma especie, que aquí no tiene valor más que como cebo, es una exquisitez en Japón.

“Me costó muchísimo venderle la burra a mis cocineros, que entendieran que había que mirar al cieno [el lodo que se deposita en la marisma] como una oportunidad más de alimento”, explica León. “El día que la probaron pensaban que era una espardeña. ¿Hay algo más hedonista que la espardeña? ¿Y si descubrimos un producto que nadie se come, vale 650 euros en Japón, y forma parte de nuestra vida? Se cocina en otras partes del mundo, es super apreciado, y para nosotros es la gusana con la que pescamos las doradas en Cádiz. De repente te das cuenta de que merece la pena ponerlo en Aponiente. ¿Qué puede significar para Cádiz que esta especie se ponga de moda y la cocinéis todo? Se generaría cientos de puestos de mariscadores, se allanaría el camino y se quitaría presión a otras especies”.

Leon3 Aspic de gusana, que se servirá en 2020 en Aponiente.

Diversas aplicaciones de la tita

León ha descubierto diversas aplicaciones de la tita, que se ha convertido en su producto estrella. Lo mejor, explica, es deshidratarla, para concentrar su sabor (como hacen los chinos con los pepinos de mar, sobre los que habló ayer también el cocinero hongkonés Vicky Cheng). Cuando se rehidrata se puede cocinar simplemente al ajillo, un plato que, asegura el chef, es espectacular, y en el que los gusanos pasan algo más desapercibidos, pero también presentarla en un aspic, donde brillan en todo su esplendor.

“Los miedos se quitan cuando las cosas están buenas”, apunta León. “Este es el aspic que vamos a hacer. Entiendo que realmente es el plato que se merece un ingrediente nuevo para que se nos quite los medios”.

Pero no es la única forma en que la tita va a estar presente en el menú de Aponiente. El gusano tiene una barbaridad de proteína colágena, que lo hace perfecto para elaborar emulsiones. “Cuando la limpiamos el liquido funciona igual que la sangre, podemos usarlo para flanes, espesante...”, explica León. “En este caso lo estamos usando para hacer un pilpil. Eso es solo el agua de las gusanas, que lo calentamos un poco y lo mezclamos con el caldo de cocerlas, a partir de ahí, aceite de oliva y nada más”.

Leon4 Cebolla marina con pilpil de gusana.

Este pilpil sirve como salsa para acompañar otro de los descubrimientos del año en Aponiente: la cebolla marina. ¿Qué esto? Nada más y nada menos que la raíz de los nardos, la Pancratium maritimum, también conocida como azucena de mar o nazareno en Cádiz, una planta que crece en las dunas costeras, cuya belleza ha sido siempre apreciada en la bahía, pero en la que casi nadie se había fijado a nivel culinario.

“La visión de la propia planta es tan bonita que nadie pensó que debajo hay una cebolla” explica León. “Tiene unas connocaticones salinas y hasta ahora nunca se había consumido”.

Aponiente cuenta ya con un huerto dedicado a esta planta, con la colaboración de la empresa de Sanlucar Cultivo desterrado, que se dedica a la agricultura exótica, y va a presentar la cebolla en su nuevo menú, acompañada solamente del pilpil de gusano. “Es un plato de dos ingredientes que nunca se han comido”, explica León. Ahí es nada.

Leon5 La miel del mar acompañará a las huevas de lisa, un pez olvidado con el que León lleva trabajando muchos años.

La azúcar marina no triunfa, la miel sí

¿Miel en el mar? Nada nos sorprende ya viniendo de León, pero esta ha sido otra de las novedades presentadas en Madrid Fusión.

Hace años que el cocinero trata de desarrollar algún tipo de azúcar marino. Lo logró gracias al alga conocida como ruppia marítima, pero el resultado no fue satisfactorio.

“Empezamos extrayendo el azúcar, la refinamos, y nos encontramos con un azúcar que se insinúa al mar, pero no deja de ser otro azúcar más”, reconoce León. “Nos sentíamos un poco fracasados. Después de tanto tiempo buscándola solo teníamos otra azúcar refinada”.

Pero la investigación no fue en vano. Dando vueltas al hallazgo se les ocurrió transformar el azúcar. “La recolectamos, la secamos al sol, la rompemos, le agregamos calcio para corregir el ph, la tenemos cuatro horas a 60 grados, luego a 70 30 minutos para quitar la proteína y la pasamos al rotaval [una máquina para elaborar destilados de cualquier producto]”, explica León.

El proceso solo lo entenderán los expertos, pero el resultado es un producto meloso, muy similar a la miel. “Nos encontramos una de las cosas más bonitas que me han pasado en la cocina”, asegura León. “Hemos descubierto una miel de mar. Es una locura. Sabe a miel, pero tiene matices de sal”.

En el próximo menú se servirá la miel junto a un alga que tiene por dentro forma de colmena, acompañando a unas huevas de lisa, un producto muy salado con el que combina a la perfección. Otra locura más que añadir a la lista de genialidades de León, que parece no terminarse nunca.

Imágenes | Reale Seguros Madrid Fusión. En Directo al Paladar | Los embutidos marinos de Ángel León se podrán comprar en el supermercado. En Directo al Paladar | Ángel León arrasa en Madrid Fusión con sus crustáceos de cáscara comestible

Camila Ferraro, chef del restaurante Sobretablas (Sevilla), primera mujer que gana el premio al cocinero revelación de Madrid Fusión

$
0
0

Camila Ferraro, chef del restaurante Sobretablas (Sevilla), primera mujer que gana el premio al cocinero revelación de Madrid Fusión

La chef andaluza Camila Ferraro ha recibido el premio al cocinero revelación, el más importante galardón que se otorga en Madrid Fusión.

Es la primera mujer que recibe una distinción que han obtenido, entre muchos otros, nombres de la talla de Ricard Camarena, Dabiz Muñoz o Rodrigo de la Calle, que hoy compiten en el Olimpo de la alta cocina española.

El presidente del congreso, José Carlos Capel, ha explicado que, en poco más de un año, la joven cocinera y su sumiller, Robert Tetas, han asentado Sobretablas como una de las propuestas punteras de Sevilla. El restaurante fue el único establecimiento hispalense que logró obtener un Bib Gourmand en la última edición de la Guía Michelin, que se presentó en la ciudad, y en los últimos meses no han cesado las alabanzas a su cocina.

Tanto Ferraro como Tetas se formaron junto a los hermanos Roca en El Celler de Can Roca (donde la cocinera llegó a ser jefa de producción), pero su restaurante es genuinamente sevillano y en el se facturan platos contemporáneos de temporada se inspiran en los bares y el legado familiar de la ciudad.

Entre sus platos podemos encontrar versiones de clásicos sevillanos, como el montadito de pringá, que Ferraro presenta en forma rectangular, con pan brioche y marcado a la plancha, pero también propuestas de corte más clásico, con producto de temporada, como puede ser una ventresca de atún de almadraba glaseada con ajoblanco, con un fondo de ternera y una quinoa suflada con mayonesa de rabanito picante de guarnición.

Premio Revelacion Los cocineros nominados al premio revelación.

Segundo y tercer premios: Asturias y El Bierzo

El segundo premio al cocinero revelación ha recaído en Xune Andrade, cocinero del restaurante Monte, en el pueblo San Feliz, cercano a la población asturianas de Pola de Lena.

Como apunta Capel, Andrade es un chef joven, pero que atesora ya más de 10 años de experiencia en restaurantes de la talla de El Celler de Can Roca, Quique Dacosta o Casa Gerardo. Este es, no obstante, su primer proyecto personal, que le ha llevado de vuelta al pueblo de sus abuelos, donde ofrece una cocina muy anclada en el rural, con productos de cercanía y platos tradicionales (pote, fabada, callos), pero sin renunciar a la creatividad y la fusión con otras cocinas, como muestran platos como las almejas marineras con hojas de sisho o las vieras curadas envueltas en alga kombu rehidratada con sidra.

El tercer premio ha sido para Samuel Naveira y Génesis Cardona, la pareja que ha revolucionado el panorama gastronómico de Ponferrada (León) con su restaurante Mu-na. En él ofrecen una propuesta creativa, de temporada, pero genuinamente leonés. “Un tapado en su tierra a punto de explotar”, según Capel.

El resto de los nominados al premio, escogidos por el equipo de Madrid Fusión -y cuya elección votan después 70 periodistas y gastrónomos- han sido Sergi Palacín, del Restaurante The Alchemix (Barcelona); Víctor Cuevas, del Restaurante Amadía (Madrid); Vicky Sevilla, 26 años, del Restaurante Arrels (Sagunt, Valencia); Alejandro Serrano, del Restaurante Alejandro Serrano (Miranda de Ebro, Burgos); y Juan Manuel Salgado, del Restaurante Dromo (Badajoz).

Imágenes | Sobretablas/Reale Seguros Madrid Fusión
En Directo al Paladar | El chef Ángel León quiere que comamos los gusanos que usan en Cádiz como cebo de pesca
En Directo al Paladar | Un menú de estrella Michelin solo de postres: el chef alemán que rompe las barreras entre dulce y salado

El legendario restaurante de Paul Bocuse va perder su tercera estrella Michelin (y apunta lo que podría ocurrir en España)

$
0
0

El legendario restaurante de Paul Bocuse va perder su tercera estrella Michelin (y apunta lo que podría ocurrir en España)

El restaurante Paul Bocuse, donde el recientemente fallecido chef francés marcó el camino de la nouvelle couisine francesa –y el de la alta cocina en todo el mundo– perderá su tercera estrella Michelin en la edición de la guía de 2020.

Así lo ha adelantado el portal francés Atabula, que apunta a lo que estaban advirtiendo ya numerosos expertos del sector: que el nuevo director mundial de la guía, Gwendal Pouillenec, está decidido a degradar a algunas de las vacas del sector. Y no hay nada más sagrado que este restaurante, el que más tiempo ha conservado las tres estrellas en la historia.

La exclusiva de Atabula pude resultar chocante, ya que la guía no ha esperado siquiera dos años del fallecimiento de Bocuse para retirar la estrella de su restaurante, pero el declive del establecimiento -o, más bien su inmovilismo- dura ya casi una década.

El esfuerzo de Vincent Leroux, François Pipala y Gilles Reinhardt, el triunvirato que comanda hoy el restaurante, y su esfuerzo por renovar los equipos y los menús, no han convencido a los inspectores de la guía.

Puoulinec Gwendal Pouillenec, director internacional de la guía Michelin.

Una revolución que puede llegar a España

Después de que en la edición de 2019 de las guías de Italia y Francia perdieran sus tres estrellas algunos restaurantes emblemáticos, se habló mucho de la posibilidad de que ocurriera lo mismo con alguno de los restaurantes triestrellados más veteranos de España. Finalmente, todos conservaron sus macarons, pero ¿podríamos llevarnos una sorpresa en la guía de 2020?

Fuentes de la guía explicaron recientemente a Directo al Paladar que el pasado año los inspectores se plantearon retirar la tercera estrella a un restaurante español. Finalmente, tras más de una docena de visitas al establecimiento, se decidió mantenerla.

Aún quedan 11 meses para saber que ocurrirá en noviembre, cuando se anuncien las estrellas de 2020, pero con lo que ya sabemos mejor tirar de refranero: cuando veas las barbas de tu vecino afeitar…

Imágenes | iStock/Michelin. En Directo al Paladar | Estas son las 13 únicas mujeres que han conseguido tres estrellas Michelin en más de 80 años de historia de la guía. En Directo al Paladar | Un menú de estrella Michelin solo de postres: el chef alemán que rompe las barreras entre dulce y salado

Isabella: pizza y pasta fresca en el primer restaurante italobrasileño de Madrid

$
0
0

Isabella: pizza y pasta fresca en el primer restaurante italobrasileño de Madrid

El restaurante Isabella, situado en el madrileño barrio de Salamanca, busca emular el estilo de los restaurantes italianos de São Paulo.

Presentar un restaurante como “italiano a lo brasileño” puede resultar extravagante, pero tiene todo el sentido del mundo. Se calcula que en torno a 22 millones de brasileños son descendientes directos de inmigrantes italianos, lo que supone el 11 % de la población del país. Y el porcentaje es mucho mayor en estados como el de São Paulo, donde la pasta y la pizza están presentes en la dieta diaria de la población.

Como ocurre siempre que una cultura gastronómica se integra en un lugar que no es el suyo, esta se mezcla con las aportaciones locales, para dar lugar a nuevos paradigmas, tan interesantes como la cocina nikkei que los inmigrantes japoneses desarrollaron en Perú o la que practicaron los chinos en Japón, que cedió al mundo platos como el ramen.

Los italianos llegaron masivamente a Brasil en siglo XIX, y allí desarrollaron su propio estilo de pastas y pizzas que ahora podemos probar en Isabella.

Sala Isabella Isabella es un restaurante amplio y con mucha luz, perfecto para visitar en familia o con amigos.

Pizza hasta arriba

Los propietarios del restaurante, Valter Sembrana y Ana Navarro, llevan cinco años viviendo en España, pero inauguraron el restaurante hace solo tres meses, una empresa que no estaba entre sus planes iniciales.

“No hemos venido a España para abrir un restaurante, hemos venido a España para tener seguridad”, reconoce Sembrana a Directo al Paladar. “Toda mi vida he sido informático, nunca he tenido un restaurante, pero mi mujer sí está formada en hostelería, y ha trabajado en ello, abrir un restaurante era su sueño”.

“¿Por qué una pizzería? Porque no hemos encontrado en Madrid una que nos gustara”, explica el propietario de Isabella. “En São Paulo las pizzas son más crujientes que las napolitanas, no son iguales. Al principio iba a ser solo una pizzería, pero el local que encontramos era tan grande que decidimos aprovechar y hacer alguna cosa más. Por eso tenemos pasta”.

Isablella3 La pizza portugesa, una de las más populares de Madrid.

Menos mal, porque, a nuestro juicio, la pasta de Isabella destaca muy por encima de sus pizzas. No es que estas estén malas, ni mucho menos, pero el estilo brasileño choca un poco con lo que, al menos el que esto escribe, considera una buena pizza.

Como cuenta Sembrana las pizzas brasileñas se diferencian en dos aspectos fundamentales de las napolitanas. La pizza napolitana se asa a 500º durante un minuto y la que se sirve en Isabella a 380º durante 3 minutos. Esto hace la masa más crujiente. Pero, además, las pizzas brasileñas acostumbran a ir mucho más recargadas. “La napolitana tiene mucho tomate y pocos ingredientes y la nuestra lleva bastante ingrediente”, confirma Sembrana. “Misma cantidad de tomate, pero más mozzarella, más ingredientes”.

En nuestra visita probamos la pizza portuguesa (12 €), una de las más populares de Brasil, que lleva huevo duro, jamón cocido, cebolla y aceitunas negras, en tanta proporción que apenas se puede apreciar la base de la pizza. Cierto, es un estilo distinto, uno que a mi no me convence, máxime con el nivelón de pizzerías que tenemos hoy por hoy en Madrid.

Isabella Senor Valter Sembrana.

Buenísimos ñoquis

Mucho más interesante me parece la apuesta de Isabella en torno a los platos de pasta, que se elabora a diario en la cocina del restaurante.

“Tenemos los tonarelli que son como los espagueti pero más cuadraditos y los pappardelle”, explica Sembrana. “Buscamos hacer salsas muy italianas, siguiendo la receta original, pero otras no, hemos puesto nuestro toque”.

Es el caso de los gnocchi dorato (13 €) –en la foto de apertura-, un plato magnífico, que, además, es de creación propia. “Los ñoquis no son típicos en Brasil, está en algunos sitios, pero aquí los hacemos con producto español”, explica el propietario. “Hacemos una masa de patata y queso manchego, los cocemos, se doran a la sartén y llevan un poco de tomate fresco, rúcula y ricotta salada”.

El resultado es magnífico, un plato sabroso y muy ligero que, además, cuesta solo 13 euros, una cifra en la que se mueven todas las pastas y pizzas del restaurante, que tiene una muy buena relación calidad precio: se puede comer perfectamente por 20 euros, algo que en Madrid es ya casi un milagro.

Isabella1 Carne cruda, un plato original del Piamonte muy típico de los restaurantes italianos en Brasil.

Entrantes y postres

En la carta, no muy extensa, además de la pasta y pizza, encontramos alguna otra especialidad italobrasileña, como la carne cruda (9 €), un plato original de Piamonte que, como nos cuenta Sembrana, está presente en todas la cartas de los restaurantes italianos brasileños.

“No es como un steak tartar”, explica el propitario de Isabella. “Es una carne picada, lomo bajo de vaca vieja, aliñada con aceite de pimentón, limón, avellana rallada, que son típicas de ahí, y queso”.

El resultado, siendo una carne a priori de nivel, no nos convence, pues el plato acaba sabiendo solo a pimentón y no aporta gran cosa.

Bonet Flan bonet.

Nos gusta más el postre, un bonet –rebautizado como “flan bonet” porque, según Sembrana, con su nombre original nadie lo pedía–, una especialidad piamontesa similar, ciertamente, a nuestro flan de huevo, pero elaborado con cacao, galleta amareto y ron. Estaba rico.

Al margen de las pizzas, cuyo estilo no nos convence (y puede que no lo haga nunca), vemos en Isabella un restaurante que debe afinar algo su propuesta, pero con ideas interesantes, y unos ñoquis que seguro nos llevan a visitarlo de nuevo para probar otros platos de pasta fresca.

Cuando volvamos es posible que nos llevemos alguna sorpresa, porque la idea de Sembrana es seguir trabajando en el concepto incorporando una oferta diaria fuera de carta, con platos de temporada. “Tener un concepto más de hacer productos del día, con una pizarra con lo que tenemos hoy”, concluye el propietario.

Veremos en que queda la cosa.

Qué pedir: la pizza no está mala, pero para nuestro gusto son recetas demasiado recargadas. Los ñoquis estaban riquísimos.

Datos prácticos..
Dónde: Calle de Claudio Coello, 114 (Madrid).
Precio medio: 20/25 euros.
Reservas: 915 78 92 47 y en su página web.
Horario: Cierra lunes y domingos cenas.

En Directo al Paladar | Pizza frita y otras genialidades napolitanas que solo puedes probar en el restaurante que tuvo el primer horno italiano de Madrid. En Directo al Paladar | En qué se diferencian los ocho distintos estilos del plato italiano que conquistó al mundo

Tiene 32 años, pero ya ha abierto tres restaurantes con estrella Michelin: probamos en Gaytán la cocina fulgurante de Javier Aranda

$
0
0

Tiene 32 años, pero ya ha abierto tres restaurantes con estrella Michelin: probamos en Gaytán la cocina fulgurante de Javier Aranda

El cocinero toledano Javier Aranda no se prodiga demasiado en medios, festivales, ni acciones promocionales, pero es uno de los más talentosos de su generación.

El joven chef le tiene cogido el pulso a los inspectores de la Guía Michelin. Solo hace siete años que abrió en Madrid su propio restaurante, La Cabra, para el que consiguió una estrella año y medio tras la apertura. El verano de 2016 abrió Gaytán, en el madrileño distrito de Chamartin, que obtuvo su macaron ese mismo año. La Cabra perdió la estrella después de que el cocinero centrara todos sus esfuerzos gastronómicos en el nuevo restaurante, pero en la última edición de la guía logró una estrella para Retama, el restaurante que gestiona en un hotel perdido en la provincia de Ciudad Real, a cuyos propietarios prometió que el macaron llegaría más pronto que tarde.

Con este currículum Aranda podría ser un cocinero supermediático, pero prefiere trabajar siete días a la semana mejorando su cocina que andar haciendo bolos promocionales, en los que explica, es fácil ingresar miles de euros con solo unas horas de trabajo. Si me quisiera dedicar a eso tendría la cartera llena, pero es que no me interesa. Se gana mucho más dinero, pero no he estudiado cocina para hacer esto”.

Hay que agradecer a Aranda su sinceridad sobre la vía de ingresos alternativa de la que gozan los chefs de prestigio, que ha llegado a absorber a muchos buenos cocineros, y hay que celebrar que se centre en cocinar. Porque, ay, como cocina este chico.

Gaytan5

Un cambio de rumbo

Desde su inauguración hace tres años, Gaytán está pensado para ofrecer una servicio de alta cocina, con todo lo que se espera hoy de un restaurante que aspira a estar entre los mejores de Madrid.

Toda la sala, muy luminosa, mira hacia la cocina, donde Aranda oficia a vista de los comensales. La mesa de trabajo tiene, incluso, un espacio pensado para ofrecer el primer aperitivo, muy en la línea del concepto de experiencia que se está trabajando en casi todos los restaurantes tope gama de España.

Collage Aperitivos La secuencia de aperitivos se sirve en un espacio diseñado en la mesa de trabajo de la cocina para recibir a los comensales.

Allí probamos los excelentes aperitivos del menú de otoño/invierno del restaurante. Primero una infusión de raíz de hinojo, macerado con mosto y piel de naranja, y mezclado con vermú, muy refrescante y aromática. Después un crujiente de pate de perdiz a la toledana, al que sigue un bollo preñado de níscalo, buenísimos ambos. Para terminar los aperitivos una torta de aceite con mantequilla trufada y la propia trufa lascada al momento.

Estos bocados dan buena cuenta de la cocina que está practicando actualmente Aranda, muy distinta a la que realizó en sus inicios. “Cuando abrimos hacíamos una cocina muy compleja”, reconoce. “Hicimos un menú de 34 pases de la ruta de la seda y las especias. Era brutal, pero el cliente no lo entendía. Llegaba y no sabía lo que comía. Llegamos a un punto en el que dije, ‘se acabó’, vamos a hacer una cocina sencilla, con tres ingredientes”.

Gaytan6 El risotto de calabacín se sirve en la propia flor de la hortaliza.

Siempre nos da pena que cocineros atrevidos y talentosos como Aranda tornen a una propuesta más conservadora simple y llanamente porque funciona mejor. Pero, al fin y al cabo, un restaurante es un negocio.

“Mi vida ha sido siempre complicarme, y me gusta, pero al final llegas a un punto en el que ves que te debes al cliente, y el restaurante me va muchísimo mejor desde que hacemos una cocina más fácil, más entendible”, explica Aranda. “Seríamos más arriesgados si de nosotros dependiera, sí, pero vamos a una tendencia de volver a lo tradicional, al sabor, porque hemos tenido años de influencias que la gente ya hasta rechaza”.

Gaytan7 La raíz de salsifi parece un hojaldre.

Gran trabajo con los vegetales (y los vinos)

Todo esto no quiere decir que la cocina de Aranda sea simple: aunque no se explique al comensal, detrás de todos los platos hay más enjundia de lo de parece.

Prosigue el menú ya en la mesa con una secuencia vegetal, que da buena cuenta del enorme talento de un cocinero que se ha formado en una cocina tradicional de fondo refinado –Santceloni, Piñera, El Bohío…– pero que, por mucho que diga, se sigue complicando la vida.

Primero probamos un risotto de calabacín, en el que los granos de arroz son sustituidos por la propia hortaliza, y envueltos en la flor de este. Un plato delicioso, que sabe mucho a queso y mantequilla.

Gaytan8 Perifollo en tres texturas.

Seguimos con una tartaleta de raíz de salsifí, con una textura que recuerda enormemente al hojaldre. Un plato dulce que descoloca, para bien, al comensal, pue casi parece un postre, pero está elaborado con una hortaliza que nunca identificaríamos servida de este modo. Lo mismo ocurre con el siguiente plato, en el que el protagonista es el perifollo. El primo del perejil se sirve aquí en tres texturas, en un plato logradísimo, que nos recuerda al trabajo que está haciendo Begoña Rodrigo con tubérculos y raíces en su restaurante de Valencia.

Gaytan9 Guisantes con tagliatele.

Más tradicional, pero riquísimo, es la siguiente propuesta: unos guisantes lagrima del Maresme acompañados de uno tagliatele caseros. Imposible fallar con este producto. Nos gusta menos el último plato de la secuencia vegetal, una seta de cardo que se sirve junto a una crema de pimienta negra que llega confitada en exceso y algo tiesa.

Acompañan estos platos vegetales dos estupendos y originales vinos, seleccionados por el sumiller Maykel Pinilla Pérez, que nos ha parecido un portento: un rosado, Lucía Vítheras, y un vino blanco sin filtrar del enólogo hispanoaustraliano Daniel Ramos, Kpi, excelente con estos platos.

Gaytan10 Riquísimo chipirón con chirivia.

Buenos pescados, increíble plato de caza

Seguimos la comida con la secuencia de pescados. Primero, un chipirón de potera, cubierto con nata y acompañado de una salsa de cebolla y yuzu y una chirivía cocinada al fuego. Un plato excelente. Después una cigala acompañada de una crema de zanahoria y berberechos al natural, con un toque de vainilla y una clorofila de estragón. Está rica, pero no mata.

Sí nos conquista a tope el último de los platos de pescado: un salmonete acompañado de un pilpil de su hígado, y una crema de zumo de naranja y azafrán. Estaba buenísimo.

Gaytan12 Riquísimo salmonete, con pilpil de su hígdado y crema de naranja y azafrán.

Tras la secuencia marina viene la cárnica, que se inaugura con una yema de huevo cocinada a baja temperatura, con foie, champiñones y trufa de Teruel rallada. Imposible que esto este malo.

Nos convence menos el siguiente plato. Se trata de un guiso de mollejas de pollo con tomate, tradicional, muy rico, que se acompaña innecesariamente de un montonazo de trufa. Parece que si no se echa en todo este hongo en temporada no se está haciendo cocina de nivel, y aquí su presencia es completamente innecesaria.

Trufa A Dolor A la izquierda, yema de huevo con foie y champiñones. A la derecha, guiso de mollejas de pollo con trufa. Demasiada trufa.

Otro de los puntos fuertes de la cocina de Aranda, y en el que más saca a relucir su origen toledano, son los platos de caza. Para finalizar la parte salada de la comida se presenta una paloma en dos servicios: las pechugas por un lado, acompañada de encurtidos, y un guiso del resto del ave por otro, dentro de unos canutillos crujientes.

Gaytan15 La paloma era un espectáculo.

La paloma está espectacular, con una carne sabrosísima y una textura inmejorable. Aranda nos cuenta después su secreto: “La paloma nos la traen de Francia. La pagas, pero son palomas de verdad, con mucha grasa. Las pechugas las fermentamos sobre hoja de parra, las marcamos con mantequilla noissete y las dejamos reposar en una maquina que ahuma sutilmente”.

En el momento de publicar este artículo se podrá disfrutar de uno de los platos estrella de la temporada, la becada, que se puede incluir en el menú degustación por 18 euros más. “Ya tenemos 50 becadas que son las que vamos a vender. De esas 50, probablemente se me pudran mientras las madure 11 piezas. Empiezas con la faisandage y tienes que olerlas a culo, el día que huele distinto es el día que hay que venderla. Si no la vendes mañana no vale”.

El futuro en una máquina de vending

Terminamos la comida con dos postres muy frescos, perfectos para una comida tan copiosa: uno de maracuyá y cítricos, con tamarindo y albahaca, y otro de dulce de leche, con una nube de coco y licor de orujo. Ricos ambos.

La comida nos ha encantado, y no nos sorprendería que, la próxima vez que visitemos Gaytán, la propuesta sea aún mejor, pues Aranda está decidido a perseguir la segunda estrella para su restaurante. Ahora bien, es un restaurante caro: el precio juega ya en la liga de las dos estrellas que aún le han otorgado. Una opción para probar sus platos sin dejarse más de tres cifras es ir entre semana y comer de carta, donde se puede probar la gran cocina de Aranda por mucho menos dinero.

Gaytan16 Dulce de leche, con una nube de coco y licor de orujo.

Por si la dirección de tres establecimientos (dos de ellos con estrella Michelin) fuera poco, el cocinero aún tiene tiempo de trabajar en otros proyectos. Y de uno de ellos, asegura, hablaremos más pronto que tarde.

“Nuestra intención es revolucionar las máquinas del vending”, explica Aranda. “Llevamos un año trabajando en este proyecto y lo que puedo contar es que queremos dar buena gastronomía en espacios con un volumen elevado de público. La cosa es que vayas a un estadio de fútbol y en vez de comer un bocadillo de jamón te puedas comer unas costillas barbacoa con patata de feria”.

“Son máquinas que llevan un calentador, una carta de siete productos, y lo compras con una app ante de llegar al sitio”, prosigue el cocinero. “Podemos dar casi 45.000 dosis en 15 minutos, con 300 máquinas. Mi intención es que digan que he cambiado algo importante. Pero mientras quiero consolidar mi marca”.

Nos mantendremos atentos.

Qué pedir: en Gaytán hay dos menús degustación. Nosotros probamos el largo (137 € sin vino, maridaje opcional por 63 €), pero hay una opción corta (88 € sin vino, maridaje opcional por 45 €). Entre semana también hay carta, con la que, según afirma Aranda, se puede comer bien por entorno a 50 €.

Datos prácticos.
Dónde: Príncipe de Vergara, 205 (Madrid).
Precio medio: 100/150 euros.
Reservas: 91 348 50 30 y en su página web.
Horario: Cierra domingos y lunes.

En Directo al Paladar | Una casa llamada Zalacaín: platos y gentes de un restaurante legendario
En Directo al Paladar | Las 19 mejores barras de Madrid, donde disfrutar más que en la mayoría de restaurantes

Guía para comer en las calles de Asia, no caer en trampas para turistas y aprender a cocinar sus recetas

$
0
0

Guía para comer en las calles de Asia, no caer en trampas para turistas y aprender a cocinar sus recetas

Alejandro Zurdo, socio del popular restaurante madrileño Kitchen 154, es probablemente uno de los españoles que mejor conoce el sudeste asiático, y el prime autor de libros en castellano sobre la gastronomía de esta zona del mundo.

Zurdo es de formación arqueólogo, especializado en la Edad Media, y, aunque siempre le había interesado la cocina, su idilio con la gastronomía no comenzó hasta que viajo a Sri Lanka.

“Tenía un amiguete viviendo allí por temas de trabajo y yo no tenía nada que hacer”, explica Zurdo a Directo al Paladar. “Estaba en un curro que no me molaba, se había terminado mi historia con una tía y me fui para allá un tiempo. Me gustó tanto que me quedé año y medio. No hablaba inglés, no tenía nada que hacer, y como no sabía que hacer con mi tiempo aparte de beber me dediqué a escribir un libro de cocina de Sri Lanka. Empecé a aprender el vocabulario gastronómico y me dediqué a eso”.

El volumen pasó sin pena ni gloria, pero fue el inicio de una aventura cuyo última entrega es el libro Comiendo en las calles de Asia (Grijalbo), donde Zurdo hace un compendio de las recetas reunidas en un viaje de casi un año por Vietnam, Camboya, Tailandia y Malasia.

Kitchen

“Realmente en el libro cuento un viaje de 10 meses pero me he pasado en el sudeste de Asia tres años o más”, puntualiza el medievalista reconvertido en gastrónomo. “Cuanto más he viajado por el continente más me he dado cuenta de que son cocinas inmensas. Es como intentar conocer la cocina española. Es imposible. Simplemente la cocina de Tailandia es muy basta. Cuanto más viajaba más perdido estaba”.

Charlamos con Zurdo en uno de los restaurantes que tiene hoy en Madrid, La Virgen 154, y nos da las claves necesarias para todo aquel que quiera acercarse a una de las gastronomías más fascinantes del mundo, en Asia o en España.

Asia2

Huye del turismo de masas

En sus viajes por Asia, Zurdo observa siempre cuatro normas básicas que, asegura, le permiten conocer la auténtica gastronomía local:

  1. No juntarse nunca con mochileros.

  2. No alojarse en guetos de mochileros.

  3. Comer solo comida local

  4. No ir nunca a ningún local recomendado por una guía turística.

Parecen normas algo radicales, pero Zurdo es muy crítico en lo que respecta al turismo de masas: “En cuanto un restaurante aparece en la Lonely Planet lo que ocurre es que se peta de turistas, sube el precio, baja la calidad, y se turistifica la oferta gastronómica”.

El escritor pone como ejemplo lo que ha ocurrido con el puesto callejero de Bangkok que recibió una estrella Michelin y protagonizó un capitulo de una serie de Netxflix sobre cocina callejera, que se ha hecho famoso por su cocinera: una mujer que utiliza una gafas de ventisca para evitar los salpicones de aceite.

Asia3

“Tienen tres o cuatro filas de butacas para mirarla y haciendo cola para entrar. Ha perdido lo que tenía: eso era un sitio de comida local, tailandesa”, explica Zurdo. Pero lo más grave es que su popularidad, apunta, ha afectado a todos los locales aledaños. “A lado estaba un sitio de pad thai que, aunque odio el pad thai con todas mis fuerzas, ese estaba bueno, y era un sitio muy local donde hacían buenos noodles salteados, ahora como ha salido en el reportaje de Netflix lo han cambiado todo, han hecho un sitio cuqui todo modernito, la gente hace cola como si fuera una discoteca”.

“Todo lo que el turismo de masas toca se desintegra. No hace falta irse a ningún sitio, lo podemos ver en Madrid”

“Cualquier cosa que se hace mainstream, que sale en Netflix, la Michelin o la Lonely Planet se acabo”, insiste Zurdo. “Es así. Todo lo que el turismo de masas toca se desintegra. No hace falta irse a ningún sitio, lo podemos ver en Madrid, como el centro ha desaparecido, como en cinco o diez años ha desaparecido todo el comercio y los bares tradicionales y todo eso es porque lo toca el turismo y las franquicias arrasan con todo”.

¿Cómo podemos acertar en nuestros viajes si no podemos hacer caso siquiera a la guía turística? “Yo busco en blogs locales, intento moverme con couch surfing, que es una manera de alojarte altruista, intento conocer gente local, aprender algo de vietnamita, de thai, de jemer, lo que sea, intento moverme en sus círculos y con gente local”, explica el escritor.

Asia4

Es más seguro comer en la calle

Zurdo asegura que para comer la auténtica comida del sudeste asiático lo mejor es optar por los puestos callejeros, que son, además, los más seguros.

“Un puesto en la calle suele ser más limpio que un restaurante para turistas, porque en un puesto en la calle en Asia ves si la persona que está cocinando es un cerdo y se está rascando el sobaco o no”, explica Zurdo. “Como no tienen refrigeración suelen cocinar uno o dos platos, cocinan todo lo que tienen, y al día siguiente compran otra vez. Sin embargo un restaurante para turistas quizás tiene 80 platos en la carta, con neveras donde guardan lubina, sepia, cocochas, vieras, navajas… Y se va la luz tres veces al día. Por el libro he entrado en muchas cocinas en Asia y ojito, ojito lo que está escondido. Mejor una mujer sentada en una calle de Hanoi que la estás viendo, que una trastienda en la que no ves lo que hay. Puedes flipar”.

También es recomendable tener unos días de adaptación. “Hay que empezar por platos cocinados, cosas al wok, no empezar a lo bruto comiéndote una ensalada y chupando unos hielos”, explica Zurdo. “Pero después del periodo de adaptación soy de los que piensa que somos mucho más duros de lo que pensamos y nuestro cuerpo aguanta con todo. También hay países y países. Tailandia y Malasia son mucho más limpios que Camboya y Vietnam. Es evidente”.

Asia5

Los mejores destinos gastronómicos

Aunque en todas partes del sudeste asiático hay gastronomías interesantes, si tuviera que elegir un país en lo que respecta a la comida Zurdo se queda con Malasia.

“Todas las cocinas del sudeste asiático me gustan, pero son cocinas más puras, la cocina malaya tiene grupos étnicos muy diferenciados y es brutal”, explica el escritor. “Puedes probar cocinas regionales muy diferentes, y eso no pasa en el resto de países”.

“En Malasia puedes probar cocinas regionales muy diferentes, y eso no pasa en el resto de países”

Y dentro de Malasia, apunta, el mejor destino es Penang. En esta isla del norte de Malasia se ubica la antigua ciudad de Georgetown, hoy conocida también como Penang, donde se concentran las mejores cocinas de Asia en una sola ubicación. Tiene una cocina surindia mejor que la de la India, tiene mejor comida china que en China y todas las especialidades propiamente malayas. “Te levantas por la mañana y estás tomando un té indio y lentejas, luego tomas dim sum, luego vas a un sitio a probar currys malayos….”, explica Zurdo. “Es espectacular la comida que hay en una sola ciudad”.

“Otro sitio que me gusta mucho para comer es Hue, es una ciudad del centro de Vietnam y tiene unos dumpings que son absurdos, gelatinosos, muy ricos”, prosigue el cocinero. “Es un lugar en el que se come muy bien”.

Asia6

Los mejores platos (y los más desagradables)

Preguntamos a Zurdo por su plato favorito de la región, aquel que se le haya quedado marcado en sus viajes.

“Me acuerdo perfectamente de una sopa ácida que hacen de rabo de buey que es espectacular, que lo hacen musulmanes de Bangkok. Y es un sitio que está al lado de Khao San Road [la calle donde se concentra todo el turismo mochilero], un sitio infernal, infame, pero en el que quedan casas de comidas muy auténticas”.

Y también le preguntamos por aquellas comidas que prefiere evitar.

“Lo más asqueroso que he probado es una cosa que se llama mam tom, una pasta fermentada de gambas que comen con tofu o perro”

“Yo no soy muy folclórico en estos temas. El otro día en una clase una chica me preguntó si había probado escorpiones o cucarachas. Eso es folclórico, como las gallinejas aquí. No es que no lo coman pero ¿cuántas veces al año comes tú aquí gallinetas? Una o ninguna. Pues allí un poco igual. Lo más difícil de comer son los fermentos de pescado. En el sudeste de Asia se cocina con mucho fermento de pescado. Lo peor, lo más asqueroso que he probado es una cosa que se llama mam tom, una pasta fermentada de gambas que los americanos llamaban los gases lacrimógenos del Vietcong. Tiene un olor fétido, a podredumbre absoluta. Ellos lo comen con tofu frito o perro asado”.

¿Ha dicho perro? “Lo he probado y no es una cosa que me emocione. Es una carne negra, un poco dura. También uno tiene esa querencia por los perrillos y da un poco de cosa. Pero tampoco pasa nada, la gente come de todo en todas partes, aquí no nos lo comemos no sé por qué”.

Asia7

Disfrutar de la cocina asiática en España.

“Lo primero que te das cuenta al comer en Asia es que lo que comemos en Europa está falseado”, explica Zurdo. “Mis experiencias en los restaurantes tailandeses es que todo me sabía dulce. Y es verdad que la cocina thai es dulce, pero no es tan descompesanda, si le quitas el picante y el ácido pues todo sabe a leche de coco y azúcar de palma”.

“Cuando aquí lo máximo que podíamos hacer eran los toros de Guisando en China estaban escribiendo tratados de cocina”

Lo cierto es que, como apunta el historiador reconvertido en cocinero, la cocina asiática es en general mucho más refinada de lo que solemos creer: “Nuestro occidentalocentrismo, la idea de que todo viene de la cocina francesa, es mentira. Cuando aquí lo máximo que podíamos hacer eran los toros de Guisando en China estaban escribiendo tratados de cocina. Y es una cocina megadesarrollada. La actual cocina moderna, de Ferran Adrià y demás, ha copiado muchísimo de la cocina asiática”.

El problema, explica, es que lo primero que nos llegó de ella tenía poco que ver con el original: “Son cocinas muy refinadas que luego han pasado a nosotros con muy mala fama, porque la cocina china que llego aquí no era verdadera cocina china. Tampoco debía ser fácil para la gente que llegaba en los 60 o 70 cocinar chino con cero ingredientes chinos y para paladares que lo máximo que habían probado es la tortilla de patata”.

Por suerte, en la actualidad, cada vez hay más opciones para encontrar verdadera comida asiática en España. “Hace 11 años que doy clases de cocina”, explica Zurdo. “Cuando empecé había un 10 % de los productos que hay ahora. Cada vez hay más. Cosas que eran impensables no te digo diez, sino hace dos años, como las hojas de curry, la pimienta verde o la albahaca thai ya las encuentras frescas. Cada vez es más sencillo. Ahora, siempre con cuidado. El producto en el sudeste asiático es fresquísimo, todo tiene un sabor increíble, y aquí no, aquí llega congelado en gran parte. No es lo mismo, pero cada vez se acerca más”.

En el libro Zurdo recomienda algunos supermercados asiáticos en toda España. Su favorito en madrid es Ta Tung (Mozart,6), donde, explica, tienen de todo, y sus depedientes hablan castellano.

Asia8

Cómo acercarse a la cocina del sudeste asiático

Aunque el libro de Zurdo cuenta historias de sus viajes, es propiamente un volumen de recetas. Elaboraciones que, en un primer vistazo, pueden parecer complejas y con ingredientes imposibles de encontrar en un supermercado cualquiera. ¿Por dónde empezar si no queremos frustrarnos?

"El wok es un instrumento ideado para cocinar con poco combustible, de la forma más eficiente posible”

Lo primero que debemos interiorizar es que las técnicas de cocina oriental son muy distintas a las occidentales, desde la concepción misma de los platos. “Nuestras cocinas son de concentración: guisos, fondos, cuatro horas guisando algo”, explica Zurdo. “La cocina del sudeste asiático llega a esos sabores por otros caminos, haciendo las cosas rápido, y son técnicas que no conocemos”. En general, exceptuando los platos de influencia india –cuya cocina es mucho más parecida a la de aquí–, las recetas del sudeste asiático conllevan mucho más tiempo de preparación que de cocción, pues se preparan al wok, un instrumento ideado para cocinar con poco combustible, de la forma más eficiente posible.

Las texturas también son distintas. “En Asia a la gente no le importa tanto comer comida un poco dura”, explica . “Es lo que llaman el factor caucho, no les importa roher huesitos”.

Asia9

Por qué recetas empezar

Zurdo reconoce que en su libro hay recetas complejas, pero hay muchas que no lo son. Recomienda empezar por las ensaladas tailandesas, como esta de ternera, que, asegura, son facilísimas de hacer y muy resultonas: solo hay que preparar los ingredientes, que hoy se pueden encontrar en cualquier supermercado asiático, y hacer una salsa, que suele llevar zumo de lima y salsa de pescado.

Comiendo en las calles de Asia: Recetas e historias de Hanói a Singapur (Sabores)

Comiendo en las calles de Asia: Recetas e historias de Hanói a Singapur (Sabores)

El siguiente paso, apunta, sería lanzarse a los currys o a algunos platos de la cocina vietnamita, como las sopas de noodles o los salteados, que no son complejos.

Ojeando el libro puede abrumar la lista de ingredientes, pero la elaboración en sí está al alcance de cualquiera al que le guste cocinar.

Asia10

Dónde probar buena cocina asiática en Madrid

No queríamos despedir a Alex sin preguntarle en qué restaurantes, al margen de su fantástico Kitchen 154, se puede encontrar verdadera comida asiática en Madrid.

Lo mejor, asegura, es visitar restaurantes chinos, la única comunidad que cuenta ya con restaurantes pensados para ellos mismos, donde probar comida auténtica. Sus favoritos son Hong Kong Kitchen (Calle del Dr. Carracido, 67), La cocina de Sichuan (Calle del Caballero de Gracia, 8) y Kungfu (Calle de la Luna, 12), además de los que todos los iniciados conocen en el barrio de Usera, donde se celebra justo estos días el Año Nuevo Chino.

En cuanto a la comida india Zurdo recomienda alejarse de Lavapiés: “Son restaurantes regentados por gente de Bangladesh, que tiene una comida regional maravillosa, pero cocinan panjabi. No tiene sentido”. Su restaurante indio favorito es Tandoori Station (Calle de José Ortega y Gasset, 89).

En lo que respecta a restaurantes tailandeses prefiere no recomendar ninguno. “En general no está en el sitio en el que tendría que estar”.

Tomamos nota.

Imágenes | Todas las fotografías, excepto su retrato, son de Alejandro Zurdo. En Directo al Paladar | 17 recetas de cocina japonesa para principiantes
En Directo al Paladar | Ensalada tailandesa de ternera


Ocho restaurantes donde probar en Madrid la auténtica comida china

$
0
0

Ocho restaurantes donde probar en Madrid la auténtica comida china

Según el horóscopo chino, este 25 de enero comienza el Año de la Rata, el 4718 del calendario chino. La festividad más señalada del calendario de esta comunidad se celebra por todo lo alto en el madrileño barrio de Usera, el chinatown más grande de Europa, donde viven buena parte de los 40.000 vecinos de origen chino que tiene la ciudad de Madrid.

Aunque en España disfrutamos de restaurantes de estilo chino desde hace décadas, es en los últimos años cuando la nutrida comunidad china, que cuenta ya con segunda generación, ha abierto locales pensados más para su propio consumo que para el nuestro, algo que debemos celebrar, pues estos restaurantes nos brindan la posibilidad de probar su auténtica cocina.

Estos restaurantes, conocidos en el argot popular como "chino chino", suelen ser baratos y, aunque a veces cuesta pedir la comanda (hay establecimientos en que la carta no está siquiera traducida, o lo está deficientemente), son de lo mejorcito que tenemos en Madrid. Hemos incluido en esta lista, además, algunos restaurantes veteranos de alta cocina china, más accesibles para el no iniciado (pero también bastante más caros).

Chino Usera

Feliz año de la rata

El Año Nuevo en China se celebra normalmente con reuniones familiares en torno a la comida, en especial desde que las celebraciones con petardos fueron prohibidas en las grandes ciudades. En poblaciones rurales o en zonas situadas en las afueras de las áreas urbanas esta tradición se sigue manteniendo, y sigue siendo costumbre utilizar la pólvora como centro de celebración.

En unas y otras zonas, con el fin de celebrar el nuevo año, es tradicional colgar farolillos rojos, quemar incienso y hacer actividades lúdicas destinadas fundamentalmente a solicitar suerte para el año que comienza. El color rojo está por todas partes y en todos los restaurantes cuelgan farolillos de papel, linternas rojas y motivos que recuerdan el comienzo del nuevo año.

Tras la celebración o reunión familiar, la tradición es retirarse a casa a dormir, sin hacer mucha fiesta. Al fin y al cabo, las celebraciones duran unos cuantos días en los que se visita a la familia, se hacen regalos y se come casi de forma continua. Por si os animáis a celebrar el año nuevo chino el Ayuntamiento de Madrid ha vuelto a organizar este año algunas actividades, pero no hay mejor plan que visitar alguno de estos restaurantes.

1. El Bund

El Bund

El restaurante El Bund es uno de los mejores restaurantes para conocer y disfrutar la auténtica cocina tradicional cantonesa, la de Shanghai y la de Sichuan en un ambiente elegante. Situado en la zona de Arturo Soria, cerca de la Embajada China, este restaurante también es famoso por sus platos de pasta fresca preparada en el momento y por la calidad de sus dim sums.

Calle de Arturo Baldasano, 22. Teléfono: 911 15 18 13

Más información | El Bund

2. Guo Rong

Lubina

En pleno barrio de Usera encontramos este gigantesco restaurante que bien podría estar en el mismo Pekín. Aunque en su inmensa carta hay de todo, es el lugar ideal para probar en Madrid los pescados y mariscos al estilo Chino, uno de los secretos mejor guardados de la gastronomía de este país que solo recientemente hemos podido probar en España.

Churros Gambas Los churros rellenos de gamba son la especialidad de la casa.

Son maravillos los bígaros picantes y cualquier marisco o pescado en salsa. Entre la comunidad china el restaurante es famoso por sus churros rellenos de gamba, que aunque no es a nuestro juicio lo mejor que tienen, es obligatorio probar.

Hay que apuntar, además, que es un restaurante baratísimo. Sirva como prueba que las latas de Mahou valen solo euro y medio.

Calle de Dolores Barranco, 52. Teléfono: 917 92 32 46

3. Furusato

Furusato

Este restaurante amplio con dos salones está situado en la calle Reina Mercedes y ofrece durante todo el año una amplia variedad de menús y una carta de calidad. Aunque también tienen carta de restaurante chino europeo, con guiños a otras culturas asiáticas y es posible tomar platos habituales de chino de barrio, si quieres comer platos chinos de los que comen los chinos, también es una excelente opción. Por eso su mayor clientela viene de su país.

Comer Ano Del Perro

En esta época de celebración, tienen dos menús de degustación/celebración, uno de fin de año y otro de año nuevo, que vale la pena probar. Por unos 30 euros por persona, una sucesión de platos de la cocina de Sichuán, como la ensalada de medusas, los cangrejos de río en salsa picante, pato laqueado o sopa de pepino de mar. Las reservas de estos menús son para mesas de grupos, a partir de ocho personas.

Calle Reina Mercedes, 22. Teléfono: 915 36 35 50

Más información | Restaurante Furusato

4. Buen Gusto

Buen Gusto Madrid

El restaurante Buen Gusto, en la calle Santa María de la Cabeza, es bien conocido en Madrid por su calidad y sus platos tradicionales. Con una decoración algo anticuada, su carta con fotos de los platos que ofrecen y un ambiente muy chino, es uno de los restaurantes preferidos tanto por los chinos de Madrid como por los madrileños.

Buen

Todos los que se acercan a probar sus platos con pescados y mariscos, setas, fideos chinos, la clásica sopa de aleta de tiburón y otras preparaciones suelen salir muy contentos del resultado. También preparan sus platos para llevar si se encarga. Otra opción para disfrutar de un restaurante chino de corte tradicional.

*Paseo de Santa María de la Cabeza, 60. Teléfono: 914 67 69 48

Más información | Restaurante Buen Gusto

5. Casa Lafu

Casa Lafu

Ya os hablé hace tiempo del restaurante Casa Lafu y de su fantástica olla caliente o HuoGuo, en la que los comensales van probando a cocinar diferentes alimentos en uno de los dos compartimentos de ésta, uno muy picante y otro menos. La calidad de sus productos, un local siempre lleno y una ambientación que recuerda a locales de Shanghai o de Shichuán repartido en dos grandes salones, es una excelente opción para descubrir una cocina china auténtica y cargada de sabor.

Calle de la Flor Baja, 1. Teléfono: 652 73 49 34

Más información | Casa Lafu

6. Don Lay

Pato Laqueado

Don Lay es el restaurante más caro de esta lista, pero en él se sirve el mejor pato laqueado de la ciudad. Reabierto recientemente en una nueva ubicación, cerca de Avenida de América, el establecimiento está destinado a ser la referencia de la alta cocina china en Madrid.

Cuentan maravillas de sus dim sum, sus berenjenas y sus platos de pescado, sobre los que seguro hablaremos en una próxima crónica.

Donlay2

Con motivo del año nuevo chino el reataurante cuenta, además, con algunos platos especiales, como el rodaballo, que se sirven con sus lomos salteados acompañados de verduras, además de su piel y las espinas fritas. Este menú especial estará disponible hasta el 8 de febrero.

Calle de Castelló, 117. Teléfono: 910 91 63 19.

Más información | Restaurante Don Lay

7. Jin Jin

restaurante Jinjin

En la calle San Bernardino, en el barrio de Malasaña, este restaurante chino llamado JinJin es uno de los que recomiendan los entendidos en cocina tradicional china, si quieres para degustar cocina china "auténtica". Aunque también tiene carta de cocina china para españoles, el atractivo de este restaurante es ir a probar su cocina china para chinos, como las lenguas de pato, las berenjenas asadas o sus platos de tofu con huevo milenario entre otras muchas posibilidades. Otra de sus ventajas es su precio, que resulta baratísimo para un restaurante en Madrid.

Calle de San Bernardino, 1. Teléfono: 915 47 34 21

8. Hui fon

Img 1022

Otro de los restaurantes chinos que merece la pena conocer en Madrid es el Hui Fon, donde encontramos buenos platos de pescados y mariscos, o el tradicional pato Pekinés, servido en las obleas de crepes con salsa Hoisin, brotes de soja y verduras. También están ricas las vieiras con tirabeques o el marisco con jengibre. Aunque tiene también una carta adaptada a los gustos europeos, la mayoría de sus clientes se inclinan hacia los platos de la cocina tradicional china.

Calle Maestro Arbos, 3. Teléfono: 915398108

Más información | Restaurante Hui Fon

En Directo al Paladar | Descubriendo el Huoguo, la olla caliente o hot pot china en Casa Lafu
En Directo al Paladar | Restaurante el Bund, el restaurante chino que eligen los chinos en Madrid
Imágenes | Pixabay, Pintxo, Pakus, Peter Morgan, Google Maps Streetview

Probamos la nueva pizza vegana de Papa John´s, con carne falsa de Beyond Meat

$
0
0

Probamos la nueva pizza vegana de Papa John´s, con carne falsa de Beyond Meat

Papa John´s ha anunciado la llegada simultánea a 70 de sus restaurantes en España de una pizza vegana, la primera de este tipo que sirve a domicilio una gran cadena.

La pizza, que ya se ha probado con éxito en Reino Unido y Chile, se puede pedir ya en Madrid, Barcelona y Valencia, a un precio en promoción de 9,95 euros a domicilio y 7,95 para recoger, en su tamaño mediano.

Aunque hasta ahora el público vegetariano podía disfrutar perfectamente de una pizza escogiendo ingredientes vegetales, son muy pocos los restaurantes que tienen en su menú versiones con queso vegano, como la de Papa John´s.

La cadena ofrece la pizza en dos versiones: una salsa de tomate natural, tomate fresco, cebolla, aceitunas negras, pimiento verde, champiñones y queso vegano y otra, "plus", a la que se añade el sucedáneo de carne que fabrica Beyond Meat, el más logrado de los que se pueden comercializar hoy por hoy en Europa.

¿Estará buena? No hemos esperado ni unas horas para comprobarlo.

Pizza2

Una pizza muy rica (para ser vegana)

Lo primero que sorprende de la pizza es su aspecto. Aunque el queso vegano es muy distinto a la mozzarela, mucho más amarillento, la pizza tiene buena pinta: huele bien y resulta apetecible.

Al probarla notamos enseguida que no estamos ante otra pizza más de la cadena, y es que el queso es uno de los ingredientes básicos de la pizza, y enseguida notamos que sabe muy distinto.

El queso vegano aún está lejos de emular el sabor de un queso real, y más aún su textura. No hemos logrado conocer la receta exacta de queso vegano que utiliza la cadena, pero este tipo de productos suelen llevar texturizantes o féculas que los hacen mucho más pegajosos, lo que puede ser incluso desagradable para los no iniciados. Dicho esto, hay que apuntar que el queso que lleva la pizza vegana de Papa John´s es bastante mejor que otros que he probado. Para un omnívoro como yo sigue siendo mucho peor, pero malo no está, y en cojunto con el resto de ingredientes el resultado es aceptable.

Es un acierto, además, que a la opción con vegetales se pueda añadir el sucedáneo de carne de Beyond Meat, que está logradísimo. Es imposible pensar que está hecho con vegetales pero, además, está rico.

Pizza3

Una ayuda más para el público vegano

No entraremos aquí en el eterno debate político sobre si es consecuente consumir productos veganos fabricados por una multinacional que vende también muchísima carne, pero seguro que esta pizza es bien recibida por muchos veganos que tienen muchas dificultades para pedir comida a domicilio y, como todo el mundo, tienen días en los que no quieren liarse en la cocina.

Ha llegado el momento de desterrar comentarios del tipo "si eres vegano come ensalada". Esta pizza no es más saludable que el resto: sigue siendo un producto ultraprocesado, "vegano" no es sinónimo de "saludable". Pero es un bocado que no contiene productos animales, lo que para cada vez más gente supone una exigencia moral. Los veganos también quieren su pedacito de comida rápida, y no estamos aquí para meternos con nadie por escoger una dieta u otra.

En Directo al Paladar | La carne vegana revienta el parqué
En Directo al Paladar | McDonald's se suma a la fiebre vegana

Casa Vallecas, el restaurante que justifica por sí solo visitar la localidad soriana de Berlanga de Duero y su menú micológico

$
0
0

Casa Vallecas, el restaurante que justifica por sí solo visitar la localidad soriana de Berlanga de Duero y su menú micológico

Hace unas semanas, hice un viaje a Soria para asistir al Concurso de cocina con trufa, del que ya os hablamos con detalle. De camino a la capital soriana paramos a comer en un estupendo establecimiento, Casa Vallecas, un restaurante en el que comimos magníficamente y que está especializado en la cocina con setas y cocina con trufa, del que hoy os quiero hablar.

Situado en la localidad soriana de Berlanga de Duero, su menú degustación y las originales elaboraciones del chef Carlos de Pablo y su hija justifican un viaje a dicha localidad, que por otra parte tiene un gran patrimonio cultural y turístico, ideal para hacer una escapada.

Restaurante Casa Vallecas

Vallecas Reconocimientos

El restaurante se llama Casa Vallecas en honor al barrio madrileño de Vallecas, donde vivía el padre de los actuales dueños, los hermanos Carlos y Francisco de Pablo antes de trasladarse a Berlanga de Duero a abrir este restaurante.

El establecimiento no es un restaurante de moda ni está decorado con lo último en diseño, pero vale la pena acercarse a comer allí, porque lo que de verdad importa, los buenos productos y la buena mano en su utilización, lo dominan perfectamente. Por ese motivo, atesoran reconocimientos como restaurante recomendado, para los que disfrutamos con la buena mesa, entre los que destaca un Sol de la Guía Repsol.

Menú micológico de Casa Vallecas

Carlos De Pablo Chef Vallecas

Por un precio de 65 euros, podemos disfrutar de un espléndido menú degustación basado en las setas, que llevan ya veinte años renovando con platos cada vez más creativos. Ahora, en temporada de trufa tienen otro menú similar en precio y categoría para deleitarse con el hongo.

Boletus Texturas Casa Vallecas

Comenzamos con un original plato de boletus en texturas, que combina lascas de carpaccio de hongos, una crema de boletus y trocitos de boletus salteados. Los contrastes son fabulosos y la ración resulta más que abundante.

Según nos cuenta el chef Carlos de Pablo, el secreto de un menú de degustación basado en un producto como las setas es la variedad y la creatividad, para que aunque todos los platos tengan en común el uso de los hongos, el menú no canse y resulte atractivo. Esto lo dominan a la perfección.

Vallecas Platos

Continuamos con tres platos interesantes. Por un lado unas gambas con crema de coliflor en combinación con la seta llamada coliflor de monte. Sencillo y suave, nos encanta su sencillez. Después unos níscalos asados con espuma de patata, morro, piñones y caramelo de pimiento nos muestran que estamos ante un grande de la cocina.

Sigue la lasaña de trompetas y manzana, servida con salsa de foie y trufa negra, acompañada de un salteado de setas variadas. Una pequeña porción de paraíso para los amantes de la micología, que combina texturas y sabores a la perfección.

Sopa De Setas Casa Vallecas

Bajo una costra crujiente nos llega una copa de sopa de setas, con estupendos tropezones, que nos reconforta cucharada a cucharada. Su sabor es delicado y el caldo, transparente e intenso, aúna los sabores de distintas variedades de hongos.

Los sorprendentes callos hechos con setas variadas

Callos Casa Vallecas

Llega el turno del plato que más me gustó. Unos callos hechos de variedades de setas, un precioso trampantojo con un sabor impresionante. Utilizan las trompetas de la muerte para hacer la morcilla, colmenillas para simular los callos, senderuelos y otros hongos para el chorizo, y boletus que aparentan ser trozos de tocino, entre otros tropezones.

La gracia es que hacen los embutidos con tripa de cerdo rellena de setas, que aliñan y condimentan como si fuera una chacina, dejándola orear y secar para conseguir la textura ideal. Así hacen con cada uno de los tropezones tradicionales de esta receta.

Para hacer el caldo, preparan una marmita con manitas de cerdo para conseguir la textura untuosa y la mezclan con caldo de carne y verduras, consiguiendo así unos callos hechos de setas, que simulan a la perfección la receta tradicional de callos madrileños.

Alubias Vallecas

Continuamos con unas Alubias de Tolosa servidas con trompetas negras y rabito de cerdo, un homenaje a la cocina vasca realizado con maestría. Una crema de alubias envuelve todos los sabores y el perfume de los hongos llega al paladar en cada cucharada.

Pintada

Para terminar, una pintada rellena, guisada con salsa de vino de Oporto y acompañada de unas setas de cardo y una tierra crujiente de hongos, da paso a los postres, que obviamente también se realizan con este ingrediente al que saben sacar partido, plato a plato.

Vallecas Postre

Respecto a los postres, -dejando de lado que su presentación no está a la altura de la de los platos salados-, el menú incluye un cremoso de fruta de la pasión con trompetas de la muerte, y un original helado de boletus que bautizan como helado a principios del otoño, que sirven con trocitos de manzana y pistachos y un bizcocho de sifón en microondas.

Estos dos postres ponen el broche final a un menú de degustación largo y sabroso, lleno de sabor a Soria y a la riqueza de sus bosques.

Datos prácticos.
Dónde: Calle Real 16, Berlanga de Duero (Soria)
Precio medio: 65 euros (para el menú de las jornadas micológicas)
Reservas: 975 34 30 33.

En Directo al Paladar | Restaurantes
En Directo al Paladar | Isabella, pasta y pizza en el primer restaurante italobrasileño de Madrid

El grupo Joël Rebuchon llega a Madrid con un nuevo concepto de restaurante que abrirá en el local del mítico Embassy

$
0
0

El grupo Joël Rebuchon llega a Madrid con un nuevo concepto de restaurante que abrirá en el local del mítico Embassy

Con casi treinta restaurantes repartidos por el mundo, el grupo fundado por el chef francés Joël Robuchon es uno de los más grandes emporios de alta cocina del mundo. La empresa creada por el chef francés más influyente y con más estrellas Michelin de la historia sigue creciendo tras la muerte de su fundador en verano de 2018 y ha escogido Madrid para abrir su primer local de España en el que, además, estrenará un nuevo concepto.

Los herederos de Robuchon no han escogido una ubicación cualquiera: el nuevo restaurante estará situado en el local que ocupó hasta 2017 el salón de té Embassy, histórico bastión británico en pleno paseo de la Castellana.

En sus 900 metro cuadrados, distribuidos en tren plantas, la cadena estrenará un nuevo concepto gastronómico, que, según declaraciones de la empresa a Efe, incluirá un restaurante gastronómico, un salón de te y una tienda gourmet.

Robochon

El coleccionista de estrellas

Aunque ya han empezado las obras en el espacio, es pronto para saber cuándo abrirá el establecimiento. Lo que es seguro es que la empresa, que atesora 28 estrellas Michelin entre sus 26 restaurantes, irá a por todas.

Sin duda, el nuevo L’Atelier de Madrid –que así se llaman los restaurantes del grupo¬– continuará con la filosofía de su fundador, que tiene mucho que ver con la visión de su cocina como experiencia en torno a la mesa e incluso su decisión de abrirla a los comensales.

Veremos si en el nuevo restaurante podremos seguir disfrutando de una cocina famosa por su sencillez, como atestiguaba su plato más famoso: su puré de patatas que con solo cuatro ingredientes –mantequilla, sal, leche y patatas– conquistó al mundo.

En Directo al Paladar | Así es Joël Robuchon: el chef que lo mismo lanza platos como encumbra a Jorge en MasterChef5
En Directo al Paladar | Cinco trucos para transformar un puré de patata aburrido en una guarnición triunfadora

Sacar el máximo partido a la trufa negra según Aurelio Morales, chef de Cebo: cómo escogerla, cómo conservarla, cómo cocinarla

$
0
0

Sacar el máximo partido a la trufa negra según Aurelio Morales, chef de Cebo: cómo escogerla, cómo conservarla, cómo cocinarla

El restaurante madrileño Cebo, con una estrella Michelin, estrena esta semana su menú de trufa negra: un espectáculo para cualquier amante de la gastronomía y, en concreto, de este hongo, uno de los productos de más prestigio que pueden encontrarse en la cocina.

La Tuber Menalosporum está presente en los siete platos del menú, integrada de tal forma que su aroma inunda los platos, pero potencia los elementos que le acompañan, de forma armónica y sin estridencias. Todo un logro en una época en la que se tiende a abusar de la trufa solo como una forma de elevar el precio de los platos, en un ejercicio de esnobismo sin sentido culinario.

El chef de Cebo, Aurelio Morales, no es un recién llegado al mundo de la trufa. Su formación junto a cocineros como Xavier Pellicer y Paco Pérez, dos de los cocineros que más y mejor han cocinado la trufa en España, le ha dado a Morales las herramientas para presentar un menú tan excelso como el que tuvimos la suerte de probar. Y tiene varias cosas que contarnos con respecto al hongo.

Trufa1 Ravioli de sepia, su jugo ahumado, tinta y trufa negra.

Cómo escoger una buena trufa

Aunque la trufa negra parece cada vez más accesible, debido al aumento de su cultivo, lo cierto es que sigue siendo un alimento carísimo. Aunque cada vez vemos más productos con sabor a trufa, no hay nada del hongo en su composición.

“No creo que se pueda abusar de la trufa negra, debido a su precio”, explica Morales. “Estamos hablando de un producto que está en torno a 800/1200 euros kilo, dependiendo del calibre y la temporada. ¿Quién puede abusar de esto? ¿Estamos abusando de los sucedáneos? ¿De las cosas mal hechas? Siempre, todas las modas generan esto”.

Desde luego, cualquiera puede comprar trufa de verdad, pero tenemos que ser conscientes de que cuesta lo que cuesta. “Si la compras a pie de calle esta entre 1000 y 1400”, explica Morales. “Si compras una trufa de 30 gramos son 30 euros. ¿30 gramos te da para unos buenos huevos rotos con trufa? Sí, pero tienes que tener unos ciertos conocimientos de la limpieza, la conservación y el uso de la trufa. No es lo mismo echar a perder una sardinas, que cuestan seis euros el kilo, que arruinar una trufa”.

Aunque el cocinero compra sus trufas a un proveedor de Teruel, asegura que hay buenos ejemplares en todas las zonas productoras, y no encuentra tanta diferencia entre las trufas salvajes y los de cultivo. “Al final las de cultivo bien hechas son acojonantes”, asegura Morales. “Ven la humedad, la sombra, a la distancia que están enterradas…. Vas sumando factores y al final tienes un producto que es mejor que la salvaje en según qué circunstancias”.

Trufa2 Caldito de butifarra negra, judía pinta de Tolosa, erizo y trufa negra.

Cómo conservar la trufa

Lo primero que debemos tener claro al adquirir una trufa es su estado de maduración. El hongo está estos días en plena temporada, y podrá encontrarse en fruterías especializadas, tiendas gourmet o proveedores online hasta marzo, pero no siempre la compramos en el mismo estado, lo que influye enormemente en su conservación.

“Si está muy madurada aguanta una semana en cámara, si viene verde te puede aguantar dos o tres semanas en buenas condiciones”, explica Morales.

La trufa suele venderse cubierta de tierra o barro, algo que es positivo para su conservación, pero tiene una contrapartida importante. “Hay que tener cuidado con el precio, porque nos están cobrando la tierra a precio de trufa”, explica el cocinero. “Yo hablo con el proveedor y si quito 200 gramos de barro de un kilo me lo devuelve, esto está pactado. En casa hay que tener cuidado”.

Aurelio2 Aurelio Morales dibuja todos sus platos antes de ejecutarlos.

Como explica Morales, la trufa debemos guardarla en arroz (que previene la humedad y, de paso, absorbe el sabor del hongo) o envolverla en papel de cocina, y meterla en un recipiente hermético en la nevera, ya limpia si hemos empezado a utilizarla, o con barro si aún no vamos a darle uso.

Aunque se puede congelar, el cocinero no lo recomienda: “A la que lo descongelas es otro producto, no se puede rallar, nos valdría para cortar cubos y ponerla en una salsa, o meterlo en aceite o coñac, pero para eso lo puedes meter directamente y te saltas la congelación”.

Trufa4 Arroz cremoso al parmesano, mantequilla negra, trompeta de la muerte y trufa negra. Un plato brutal.

Cómo cocinar la trufa

Aunque Morales asegura que se ducharía con trufa por las mañanas, reconoce que no se le puede echar a cualquier cosa.

A diferencia de la trufa blanca, a la que no se puede dar temperatura, pues pierde sus propiedades, la trufa negra sí se puede cocinar. En su menú la trufa está visible en todos los platos (rallada o laminada al natural), pero también en las salsas y fondos, lo que incrementa exponencialmente su sabor.

“Con las pieles y los trozos que me gustan menos hacemos mantequillas y aceites naturales, que usamos en las salsas”, explica Morales. “Realzamos un poco el sabor de esta trufa que es un poco más insípida en sabor [que la blanca], pero tiene más aroma”.

Trufa5 Pichón de tiro en dos cocciones con salsa perigordini. Otro plato 10 de 10.

La trufa tampoco puede acompañar a cualquier producto. La regla de oro para usarla con cabeza es utilizarla en platos que tengan grasa, pues sin ella el aroma y el sabor del hongo no se fija y se pierde por completo.

“Partiendo de ahí: huevos, cremas, parmentieres, carnes rojas, que son más grasas, vísceras…”, explica el cocinero “Tienen que tener un contenido en grasa más alto que es donde fijan mejor, si lo pusieras en un pescado blanco, como no lo acompañes con un parmentier o algo, pones la trufa y prácticamente no te vas a enterar de nada”.

Trufa6 Molleja de ternera lacada, parmentier de maíz negro y trufa negra. Una recta final insuperable.

Según el cocinero, tampoco tiene ningún sentido rallar trufa sobre una ensalada, aunque se hace en muchos sitios: “Eso es una cosa esnob. En vez de cobrarte la ensalada a diez te la cobro a cuarenta, y me gano 25 por el camino”.

La trufa también se puede usar para aromatizar bebidas. “Es relativamente histórico conservar la trufa en coñac e ir usándolo durante la temporada”, explica Morales. “Yo hoy la uso con ron, me gusta más, porque el sabor dulce aporta a los postres”.

Y es que la trufa también se puede usar en platos dulces y acompaña estupendamente, por ejemplo, al chocolate, como bien nos mostró Morales en su último plato.

Trufa7 Choco negro, café guatemalteco y ron trufado.

Un producto para disfrutar al máximo

La trufa es uno de los grandes productos de la alta cocina que tenemos la suerte de tener en España, por ello Morales insta a usarla con cariño, respeto y, sobre todo, equilibrio.

“En el caso de la trufa negra el equilibrio es una cuestión de sentido común: llega un momento en que no aporta más y lo único que hace es encarecer”, afirma el cocinero.

Sin duda, cuanto más trabajados sean los platos, mas aporta la trufa, pero si queremos disfrutar del hongo en todo su esplendor, tampoco tenemos que complicarnos la vida.

“Es complicado elegir, pero me quedo con unos huevos fritos con unas patatas bien ponchadas con trufa negra por encima, o una parmentier de patata con mantequilla y patata a partes iguales”, concluye Morales. “Es mágico”.

El menú de trufa negra de Cebo estará disponible durante toda la temporada de trufa, hasta mediados de marzo. Tiene un precio de 180 euros, que incluye el surtido de snacks, seis platos salados, un postre y los petit fours. Tiene una opción de maridaje de cinco o siete copas, a 69 y 89 euros respectivamente. El precio es elevado, pero se justifica por la elevada cantidad de trufa de los platos que, al margen de esta, son de un altísimo nivel, sobre todo el arroz, el pichón y la molleja, que consituyen una recta final épica.

En Directo al Paladar | Cómo distinguir las diferentes variedades de trufa
En Directo al Paladar | Este es el mejor plato del mundo cocinado con trufa fresca

Viewing all 819 articles
Browse latest View live