Restaurante José Luis. Mucho más allá de los tradicionales pinchos

La semana pasada me acerqué a comer al restaurante José Luis en Madrid, y salí encantado al descubrir que su oferta gastronómica va mucho más allá de los tradicionales pinchos de tortilla y otras raciones cuya calidad le han hecho bien conocido.

Detrás del nombre de José Luis, existen diez cervecerías que de toda la vida han tenido fama de servir buenas raciones, tapas y aperitivos, pero he de reconocer que tenía ciertas dudas o cierta pereza ante la visita al restaurante, situado junto al estadio Santiago Bernabéu, en la madrileña calle de Rafael Salgado.

Sin embargo, tras la visita he salido encantado y gratamente sorprendido ya que además de los clásicos pinchos, este restaurante de comida clásica y tradicional ofrece platos muy bien elaborados y con un producto de calidad excepcional.

El local y los espacios

En este establecimiento existen tres zonas diferenciadas. Una zona de restaurante clásico, con capacidad para unas 50 personas, agradable, cómodo y acogedor. Una segunda zona, situada sobre el restaurante que tiene una especie de comedor reservado o discreto donde en numerosas ocasiones, políticos, deportistas y famosos comen con discreción y la zona de las terrazas acristaladas, en las que podemos distinguir la terraza más informal o de pinchos y la del restaurante.

Todas ellas son agradables y acogedoras, sin muchos elementos decorativos y con un mobiliario funcional y sencillo. Las sillas de la terraza de la zona informal son aptas para una comida de picoteo o ideales para una charla con una copa, aprovechando la oferta que combina pinchos y gin&tonic, por ejemplo, y no tan cómodas para comer. Las de la terraza del restaurante y por supuesto las salas del restaurante, tienen mesas y sillas clásicas, muy cómodas.

El menú del Restaurante José Luis

Cuando todos estamos un poco cansados de tomar siempre los mismos platos en todos los restaurantes, todos decorados en un mismo estilo hipster rústico y con clones de la misma creatividad, da gusto encontrar la posibilidad de probar platos clásicos, perfectos de punto, y sin extrañas combinaciones creativas.

Si ese es el caso, entonces resulta perfecto ir al restaurante José Luis donde puedes tomar por ejemplo unas deliciosas mollejas salteadas, unos chipirones en su tinta de los que se te saltan las lágrimas, un rape a la bilbaina o un carré de cordero de lujo.

Nuestra elección comenzó con un salmorejo, un plato que sirve muy bien para tomar el pulso a los restaurantes y tal como os digo, estaba sublime. Perfecto de textura y sabor, suave y bien guarnecido con su huevo y el jamón picado, tal como mandan los cánones.

Después continuamos copartiendo un arroz con carabineros, sabroso, perfecto de punto de cocción, que ya hizo que mis acompañantes y yo nos mirásemos confirmando lo que nos estaba gustando y cómo este restaurante estaba superando nuestras expectativas previas.

Llegó en ese momento la merluza en salsa verde con almejas, otro plato clásico que me encantó. El pescado terso, con sabor, jugoso de verdad me hizo disfrutar de verdad, del producto bien elegido y bien elaborado. Fiamalmente la carne, un trozo de lomo alto de Black Angus, cocinado al punto y servido trinchado, con buen sabor y realmente tierno.

En cuanto a los postres, nos ofrecieron una crema de naranja y sésamo con helado de jengibre que acompañaba a un carpaccio de sandía. Si bien la crema era excepcional y el helado estaba bueno, la mezcla con la sandía no funcionaba muy bien, quizás porque estaba cortada en tacos muy gruesos que "aguaban" la crema, lo cual era una lástima porque la crema era realmente deliciosa.

Después probamos una selección de las tartas caseras, de las que recomiendo la tarta de limón, una tarta ácida de tipo lemmon pie muy rica y la de yema, que es una auténtica perdición. La de chocolate y nutella, estando también buena, no destaca tanto como las otras dos.

En resumen, que asistí a este restaurante que desde hace mucho tiempo mantiene una buena fama como cervecería y lugar de pinchos, así como por su servicio de Catering y salí sorprendido y encantado al haber descubierto un restaurante de precio correcto en el que por unos 40 euros por persona puedes tomar un entrante, un principal y un postre, y acompañados de un buen vino.

El que elegimos nosotros fue un vino de la casa, elaborado por los propios dueños del restaurante y embotellado con el nombre de Cobranza, un vino de la Tierra de Castilla y León que estaba muy rico y que nos sirvió para acompañar toda la comida.